“¿Quién viviría un segundo, quién respiraría un segundo en este universo, si Él infinito Ser Supremo no lo sustanciara?” Porque en Él y por Él respiramos, en Él y por Él existimos. Esto no quiere decir que Él se encuentra en alguna parte y está haciendo que mi sangre circule. Lo que se quiere decir es que Él es la Esencia de todo esto, el Alma de mi alma. No es posible que usted diga que lo conoce; lo estaría degradando. Usted no puede salir de usted mismo, por eso no puede conocerlo.
El conocimiento es objetivación. Por ejemplo, en la memoria estamos objetivando muchas cosas, proyectándolas fuera de nosotros mismos. Toda la memoria, todas las cosas que hemos visto y que sabemos, están en nuestra mente. Las imágenes, las impresiones de todas estas cosas, están en nuestra mente, y cuando tratamos de pensar en ellas, de conocerlas, el primer acto de conocimiento sería proyectarlas afuera. Esto no se puede hacer con Dios, porque Él es la Esencia de nuestras almas, no podemos proyectarlo fuera de nosotros.
Aquí está uno de los pasajes más profundos del Vedanta Advaita: “Él que es la Esencia de tu alma, Él es la Verdad, Él es el Ser, tú eres Eso, Oh Shvetaketu”. Esto es lo que se quiere decir con “Tú eres Dios”. No puedes describirlo con ningún otro idioma. Todos los intentos de lenguaje, llamándolo padre, o hermano, o nuestro más querido amigo, son intentos de objetivar a Dios, lo cual no se puede hacer. Él es el Sujeto Eterno de todo. Soy el sujeto de esta silla, veo la silla; en la misma forma Dios es el sujeto eterno de mi alma.
¿Cómo pueden objetivarlo a Él, la Esencia de todas las almas, la Realidad de todo? Por tanto, recordamos una vez más: Dios no es ni cognoscible ni incognoscible, sino algo infinitamente superior a ambos. Él es uno con nosotros, y lo que es uno con nosotros no es ni cognoscible ni incognoscible, como nuestro propio yo. No podemos conocernos a nosotros mismos (a través de la mente); no podemos sacarlo (Dios) y convertirlo en un objeto con el fin de observarlo, porque somos ESO y no podemos separarnos de él. Tampoco es incognoscible, porque ¿quién puede conocerle a usted más que usted mismo? Realmente Dios es el centro de nuestro conocimiento. Exactamente en el mismo sentido, Dios no es incognoscible ni conocido, sino infinitamente superior a ambos; porque Él es nuestro verdadero Ser.
Primero, vemos entonces que la pregunta: “¿Qué causó al Absoluto?”, es una contradicción en los términos; y en segundo lugar, encontramos que la idea de Dios en el Advaita es esta Unidad; y por lo tanto, no podemos objetivarlo, porque siempre estamos viviendo y moviéndonos en Él, lo sepamos o no. Todo lo que hacemos es siempre a través de Él.
Solo se conococe Él absoluto, siendo Él absoluto… El Mantra Yoga Meditación es el espejo que nos muestra nuestra verdadera esencia. No pierdas más tiempo y conocete a tí mismo, contacta el Instructor más cercano.