En Utarkashi, en el Himalaya, Brahmananda Saraswati fue iniciado por Krishnananda Saraswati, un “gran discípulo del monasterio de Shankara en Shringeri”. Swami Ji (Krishnananda Saraswati) fue un instructor de Shastras (tratados espirituales) hindúes y un asceta perfectamente realizado del más alto nivel…
En el Ashram de Swami Ji había muchos hombres jóvenes que dedicaban sus vidas al logro espiritual. Swami Krishnananda, aceptó al muy joven Brahmananda Saraswati como su discípulo, Brahmananda Saraswati en el Ashram de su maestro se dedicó por completo a la vida de un Yogui.
Un Dandi Sannyasin (Swami) del Monasterio de Sringeri
EL monasterio de Sringeri, también conocido como Sringeri Sharada Peetham, es un monasterio, un centro de Advaita Vedanta fundado por Shri Adi [el Primero] Shankaracharya. Los acharya han sido venerados como Jagadgurus, gurús mundiales, durante mucho tiempo.
Por otra parte, el monasterio de Sringeri Sharada Peetham, el monasterio de Jyotir Math y demás monasterios de Shankara, son centros del Vedanta Advaita. El monasterio de Sringeri se encuentra en Sringeri, una ciudad montañosa en el estado hindú de Karnataka.
Un “Dandi Swami”, también conocido como “Dandi Sannyasin”, es un monje hindú errante que siempre lleva consigo un bastón (dandi). En la tradición de Shankara, para convertirse en un “Dandi Swami”, es requerida una iniciación. Este Swami tiene que renunciar formalmente a todos sus derechos y posesiones importantes como la posición social o familiar, así como también a la vida mundana.
“Se dice que el gurú de Brahmananda, Krishnananda Saraswati, estaba asociado con el monasterio de Sringeri, pero esto puede deberse a la afiliación tradicional de la órden de Saraswati con Sringeri”. Krishnananda era un monje errante de la orden Saraswati, por lo que era conocido como Swami Krishnananda Saraswati. Se afirma que Krishnananda nunca respondió preguntas sobre su vida”.
Krishnananda Saraswati salvó a muchas personas, volviendo a encender con ello la antorcha del sagrado Manava Yoga (“yoga de la humanidad”, “yoga para todos”). Además, “Krishnananda nos ha confiado la misión de llevar esta luz a lo largo y ancho de Oriente y Occidente”.
La bendición de un santo -Revivir a los Muertos-
Después de haber completado su estudio de las Escrituras y de haber realizado su Ser más íntimo, Brahmananda, de veinticinco años, acompañó a su Gurú Krishnananda en uno de sus viajes. Durante aproximadamente un mes se detuvieron en el pequeño y bonito pueblo de Kajliwan cerca de Rishikesh. Cuando llegaron al pueblo, se les dio una entusiasta bienvenida.
Entre los que se amontonaron para tener la gracia de mirarlos, se encontraba un lechero brahmán que solía ofrecer leche a los invitados santos que visitaban el lugar. Brahmananda y el lechero se pusieron de acuerdo para que todos los días, Brahmananda fuera a buscar medio litro de leche para que la hirviera y se la sirviera a su Guru todas las noches.
Un día la esposa del brahmán le dijo a su esposo: “La vaca ha dado muy poca leche hoy. Ni siquiera será suficiente para los niños”. El marido, sin embargo, no le hizo caso y suministró medio litro de leche como era de costumbre a los invitados de honor.
Cuando Brahmananda calentó la leche y se la sirvió a su Maestro, este último dijo: “La leche trae consigo infortunio el día de hoy. No la beberé. Por favor, devuélvesela al lechero y dile que no la necesitamos más”.
Brahmananda lo hizo así, sin embargo, unos quince días después murió el hijo del lechero. Todos los integrantes del pueblo temían que Krishnananda estuviera disgustado con el lechero brahmán y que, por ese motivo, este último había perdido a su hijo. Al escucharlo, Krishnananda le dijo a Brahmananda: “Cuando la gente lleve el cadáver del niño a los campos de cremación, dile que me llamen antes de hacer la pira funeraria”.
Así se hizo. El cadáver fue colocado en el suelo y Krishnananda llegó al lugar donde normalmente debía ser cremado. El Santo Krishnananda pateó suavemente la cabeza sin vida del niño con el pie y dijo: “¿Por qué duermes tanto?” Y entonces el niño se puso de pie.
Después, al llegar a su choza, Krishnananda le dijo a Brahmananda: “¡Es mejor dejar este lugar ahora mismo antes de que todas las personas muertas aquí comiencen a molestarnos de por vida!” Y con eso, se fue.