Durante tres días y tres noches continué en ese penoso estado de incertidumbre. El sueño se alejó completamente. El apetito también desapareció, por lo general no ingería alimento alguno. Al cuarto día la desesperación se hizo intolerable. Como un loco, salí de mi aposento, con la única obsesión de entregarme a ellos. Pero fue inútil. Por dos días consecutivos, traté de encontrar sus rostros. Parecía nuevamente, como si la tierra se los hubiese tragado. Mi desconcierto llegó a su clímax, y con ansiedad incontenible me arrojé al suelo, sin fuerzas para continuar. Hundí la cabeza en la arenosa tierra. Sentí perder el conocimiento…Y no supe más de mí. En realidad, prefería mil veces la muerte a continuar con aquella vida vacía y sin sentido. Cuando desperté de aquel estado, vi los pies de aquel a quien buscaba. Sin poder contener mi emoción, me aferré a sus pies apretándolos fuertemente con mis manos.
– Por favor, quiero ser uno di, los tuyos… ¡Ayúdame! no soporto por más tiempo este vacío que consume mi ser. Llévame de la mano. Enséñame quien soy y cuál es el motivo de la existencia humana. Quiero desarrollar mi mente y aumentar mi inteligencia, para conocer por mi mismo qué es la verdad. No quiero ser ignorante por más tiempo…Guía a este pobre ciego por la Senda de la Luz.
Le vi llorar y luego, con voz temblorosa me dijo: “El camino de la sabiduría, hijo mío, es arduo y difícil. Pero así de dulce y exquisita es la mí ! de la verdad absoluta.
¡Levántate! tu vida comienza hoy.
– ¡Qué gran casualidad el haberte encontrado!
– Las casualidades no existen. Tu, al igual que yo, hemos vivido miles de vidas para llegar aquí. En un tiempo fuimos minerales, luego plantas, animales, y así hemos evolucionado hasta convertirnos en hombres. Pero eso no es todo. Es el motivo de la existencia del hombre, el perfeccionarse para manifestar toda la sabiduría del Universo.
El dolor y el sufrimiento, son instrumentos para que el hombre despierte y busque la felicidad verdadera.
Durante las muchas vidas del hombre, cornete muchos pecados con sus actos y pensamientos, y ese es el motivo del sufrimiento. Cada acto malo o bueno que se ejecute tiene su reacción sobre el individuo. Por esa razón en tus vidas pasadas, tu lograste un desarrollo superior a todos los demás debido a tus buenas acciones. Entonces, lograste la Misericordia Divina, y sus Bendiciones te ayudaron a encontrarnos. Toda esa gente, como ciegos, piensa que son imperfectos, y no saben que esa imperfección es pasajera y viene como consecuencia de la ignorancia. Sus malos actos en esta y otras vidas no le dejan ver la realidad, y sufren intensamente pagando los malos actos que han ejecutado. Cuando descubran cual es el motivo de su sufrimiento, todo cambiará en sus vidas y encontrarán la verdadera felicidad, que está dentro de ellos, y es como un manantial de agua cristalina y refrescante. Si el hombre continúa con sus malos actos y pensamientos, nunca podrá ser feliz. Tiene que purificarse y desarrollarse para poder manifestar la Divinidad que mora en su interior. Así como el humo se interpone entre el paisaje y tú, así la ignorancia se interpone entre la perfección y el hombre.
La reencarnación es una ley de la naturaleza. También la evolución. Pero la ignorancia no permite acordarse de las reencarnaciones pasadas. Yo, en cambio, las recuerdo todas. Cuando tu mente adquiera cierta pureza, tendrás muchas experiencias que acrecentarán tu fe, formando una base sólida sobre la cual construir el edificio del entendimiento. Por ahora, ten paciencia. Porque en la vida espiritual la paciencia y la resignación a tomar el lugar que DIOS señale, son básicos para tu progreso.
– Entonces.. ¿quieres decir que debemos tener resignación y continuar sufriendo sin hacer nada por liberarnos? .
– NO, lo digo en otro sentido. En el sentido de que no podemos convertirnos en Santos de un día para otro. Debemos tener resignación sin lamentarnos por los sufrimientos, pues solo nosotros somos los culpables, pero a la vez ir haciendo más y más obras positivas para que esto nos ayude en nuestro desarrollo. Ninguna ley de la naturaleza nos obliga a sufrir, por lo que hay que buscar la forma de protegerse del sufrimiento, y ésta es el desarrollo o perfeccionamiento mental. No es necesario abandonar los quehaceres o el trabajo diario. Solo basta dedicar un tiempo para el desarrollo de cada persona en particular. Porque nadie puede desarrollarse por tí. Solo tú mismo eres el indicado para esforzarte y lograr la meta. – Y por qué entonces no reunimos a toda esa gente del pueblo y le hablas sobre la verdad? – Y crees que entenderían tan fácilmente? ? a ti te costó muchas vidas llegar a esta etapa. Además, no se aprende a base de teoría. Se aprende a través de la práctica. Espera un poco. Cuando tu estés preparado ellos verán con sus propios ojos que es posible la perfección. Por que podrán palparlo en uno que era antes tan infeliz como ellos. Y entonces pueden usar el discernimiento y pensar que si tu, que naciste entre ellos y viviste tantos años allí, lo lograste, también ellos pueden lograrlo. Y seguirán tu ejemplo. Esa es tu misión. Todo ocurre a su debido tiempo. Nunca amanece más temprano. En eso consiste la paciencia. En darse cuenta cuando y donde debemos actuar para lograr el éxito. ¡Siempre hay un memento preciso para actuar! ,
Con el transcurso del tiempo, y bajo los cuidados del Sabio Maestro, fui comprendiendo infinidad de sutilezas que mi mente inmadura e ignorante, años atrás,
era incapaz de percibir. La gran diferencia existía… ahora comprendía y palpaba en mi interior ciertos cambios positivos de personalidad, de dominio, y de concentración mental que antes me era imposible concebir. Estaba aprendiendo a utilizar toda la capacidad de mi mente, activando los niveles más sutiles de ésta manifestándose como parte del proceso, una paz indescriptible en mí interior.
Sabía que no me esperaban momentos fáciles. El tratar de disciplinar y activar una mente oxidada que, por años ha permanecido en la más terrible obscuridad no era tarea de un día. ¡Pero la vida mundana era tan difícil y sus frutos tan amargos!
El hombre común lucha, sufre y padece y al final ¿Qué le espera? . En aquella vida se sufre intensamente y sin esperanza de progreso… porque la felicidad está cada vez más lejos. Aquí en cambio, sentía un motivo para seguir viviendo. Como prendía que había una meta grande, inmensa, infinita, que es la perfección misma y tomaba fuerzas para continuar.











































































































