Una vez, hace mucho tiempo, un discípulo llamado Bashkalin se acercó a su Gurú, Badhva, y le preguntó: “¿Dónde está el Eterno y qué significa el Absoluto Supremo?, ¿quién es ese Brahman (Dios, el Padre) del que hablan los Upanishads?” Sin embargo, su maestro no respondió, permaneció en silencio.
El discípulo insistió y le preguntó una y otra vez, pero a pesar de todo esto, el maestro no respondió en absoluto, permaneciendo en un silencio total. Sólo mucho después dijo: “Ya te lo dije una y otra vez, pero no puedes entenderme. ¿Qué puedo hacer? ¡Brahman (Dios, el Padre), lo absoluto o lo eterno, ¡no puede explicarse con palabras!
Sólo en un silencio profundo, lleno de aspiración y amor, se le puede conocer. ¡No hay otro lugar donde pueda ser encontrado, excepto en el profundo silencio del Supremo Ser (Atman)! Este Atman es, sobre todo, el silencio eterno (Aham Atma Santah) “.
En la filosofía hindú, Mauna (Silencio), es una palabra que hace referencia al silencio, sin embargo, este último tiene una voz propia, se refiere a la paz mental, la quietud interior, el Samadhi y la Realidad Absoluta. Los textos hindúes insisten en una comprensión adecuada del silencio al experimentarlo a través del control del habla y la práctica espiritual que lleva al verdadero silencio, el silencio mental.
Mauna desarrolla la fuerza de voluntad, frena el impulso del habla y nos da tranquilidad. Nos otorga el poder de la resistencia. No libera de las mentiras. Nos da el control sobre el habla. Mauna es de gran ayuda en la observancia de la verdad y el control de la ira. Las emociones son controladas y la irritabilidad se desvanece. Cuando uno está enfermo, la observancia de mauna nos dará una gran tranquilidad.