En cierta ocasión en la India un Maestro estaba hablando sobre la renunciación y la dedicación a la vida espiritual. Un estudiante de Hatha Yoga le dijo al Gurú que él no podía renunciar al mundo para dedicarse a la vida espiritual porque su esposa lo amaba mucho y él no podía dejarla sola.
El Maestro le enseñó algunos secretos de cómo parecer que se está muerto sin perder la conciencia. El Maestro quería que el estudiante tuviera la experiencia de escuchar por él mismo la opinión de su esposa, cuando ésta creyera que él estaba muerto. Todo fue planeado y una noche el Yogui, siguiendo las instrucciones del Gurú se quedó inmóvil en posición de loto, dando a todos el aspecto de que estaba muerto.
Cuando la esposa lo vio, lloró y gritó por mucho tiempo lamentándose sin cesar. Los parientes trajeron una camilla para llevar el cadáver al crematorio, pero no pudieron, el cuerpo del muerto no pasaba por la puerta debido a su postura contorsionada; al encontrar este problema, uno de los familiares buscó un hacha y comenzó a cortar el marco de la puerta.
Cuando la esposa que seguía llorando sin consuelo oyó los golpes del hacha, se acercó y gritó: “No pueden hacer eso, … ¿no se dan cuenta que estoy viuda y sola, sin dinero para arreglar la casa? Mejor corten sus piernas, como ya está muerto no siente nada. Así pasará por la puerta”.
En ese momento el hombre salió de su estado muy decepcionado. Recogió sus cosas y se fue al ASHRAM con su Maestro para siempre. ¿Ya ven ustedes? Lo mejor es dedicarse a la vida Espiritual. (Swami Guru Devanand Saraswati Ji Maharaj, “Junto al Maestro”)