El desapego es una cualidad muy importante en el discípulo. Una mujer dijo una vez a su esposo que estaba muy preocupada por la actitud y comportamiento de su Hermano.
Según ella explicó, su hermano estaba pensando en dedicarse totalmente a la Vida Espiritual y estaba haciendo los preparativos pertinentes para desprenderse de todo, tratando de reducir gradualmente sus deseos y necesidades.
El marido contestó: “Mujer, no te preocupes. Tu hermano nunca llegará a ser un renunciante. Nadie se convierte en renunciante así”. Y, “¿cómo entonces?”, preguntó la mujer. “Te lo voy a demostrar”, dijo el marido.
Y abandonó el hogar, digiriéndose al Ashram de su Maestro y dedicando toda su vida al Desarrollo Espiritual. Nunca más salió de allí. Mientras, su hermano pasó toda la vida tratando de desapegarse y nunca terminó de hacerlo.