Intenté correr, pero no pude. Sentí como hierros pesados apretaran mis piernas.
– Guerra, Guerra, Guerra, quien guerra! ! ! -grito desesperadamente – Porqué quieren hacernos daño? ¿Qué les hemos hecho? Porqué no se van nos dejan en paz? ? ¿Qué es lo que se proponen?
¡Digan de una vez!
– Sí, queremos guerra! no traemos la paz. Traemos la espada de la revolución. Queremos derramamiento de sangre, si eso es necesario para conseguir nuestros propósitos! …y nadie podrá evitarlo, entiendes?
Y yo sentí que hablaban en serio, y sobre todo, que tenían poder suficiente para lograr lo que quisieran obtener.
– ¡Guerra! , Oh Dios Mío, -grité mordiéndome los puños.
– ¡SI! Guerra, insistieron nuevamente. Guerra contra el odio, la maldad, y las injusticias. Guerra contra el dolor, contra las supersticiones, contra la imperfección. Queremos guerra, estamos anhelantes de guerra contra los sentidos, que por siglos, mantienen al hombre atado a la ignorancia, haciéndalos comportarse como animales, cuando en realidad son divinos – ¿Quieres unirte a nosotros? ¿Quieres ayudarnos a lograr la paz mundial?
– ¡Oh, que alivio! ¡No quieren hacernos daño!
– La naturaleza del hombre es la perfección, es el amor, es la felicidad. Pero por sus acciones y pensamientos tan miserables, es arrastrado hasta el sufrimiento más cruel. Sin embargo, cuando las acciones del hombre son inegoistas, y positivas, surge una transformación mental, y la felicidad así como la superación hacia la perfección total, les envuelve. El hombre neciamente se identifica con el reino inferior, los animales, en vez de identificarse con el Ser Supremo.
– Pero los animales están cerca, junto a nosotros. En cambio Dios está tan lejos, en un cielo tan distante, que ni siquiera escucha nuestras plegarias, -repliqué-.
—Te equivocas- Dios está dentro de tí, y dentro de cada objeto que la naturaleza muestra. Solo tienes que acercarte a El…y cuando estés en completa
Armonía con El, podrás verle, escucharle y hasta jugar con El.
– Eso es absurdo. No entiendo nada! ¿Por qué no le veo ni le siento entonces? ?
– Esto sucede porque tu mente no está capacitada para captar su Divina Presencia. Si desarrollas y purificas tu mente, entonces hay un perfeccionamiento de tu inteligencia…y así podrás captar por tí mismo todas estas experiencias. De lo contrario, Dios podrá pasearse frente a tí, y no le notarás.
Sinceramente, no entendía nada. Solo se que una nueva esperanza, como un rayo, penetró a mi existencia. Era la primera vez que escuchabas palabras de aliento, lejos de la muerte, y la condenación eterna. Eran palabras de verdadera salvación. Había comenzado a tranquilizarme y sin darme cuenta, me encontraba hablando con ellos corno viejos amigos.
– Pero no tendrán éxito! ! -dije desalentado. Ustedes son tan blancos, y nosotros tan…
– Tan negros- Dijo el mayor, con énfasis. No existe tal diferencia, todo es apariencia. El ropaje externo es de diferente color, eso es todo. El Ser Supremo se manifiesta en cada objeto de la naturaleza, dependiendo de la capacidad del objeto para manifestar la perfección. Hubo un tiempo en que nosotros también éramos negros. Pero alguien nos ayudó a pulir nuestro ropaje hasta hacerlo blanquear. Porque en el fondo, todos somos blancos y brillantes. ¡Todos somos un pedacito de DIOS!
– Entonces…dije sin saber si reír o llorar ¿Quiere decir que yo puedo ser algún día tan blanco como ustedes?
– Exactamente. Tú eres tan blanco como nosotros. Solo tienes que darte cuenta de ello.
– Pero yo me veo tan negro! ! -contesté-.
– Sí- dijeron ellos pacientemente. Eso es porque tu vista es muy superficial y está empañada por la ignorancia. Ya verás cuando comiences tus prácticas de meditación ¡Ya verás!
– Pero yo no puedo quedarme!
– Eso no es problema. Si pretendes continuar toda tu vida en la ignorancia más absurda, entonces… ¡Buenas noches! -Hubo un momento de silencio, y luego agregó:
Existen senderos perfectos para el hombre valiente, que busca dentro de sí. Existe la vida de felicidad y de perfección donde el hombre se une plenamente a Dios y disfruta con El de su grandeza sin límites. El hombre no nació para sufrir ni para ser imperfecto. Nació para ser feliz. Pero con el tiempo ha olvidado su naturaleza. Y nuestra misión es recordársela. ¡Si decides unirte a nosotros, búscanos!
Y diciendo esto, salieron apresuradamente. Le seguí tratando de iguala r sus pasos. – Pero Señor, tengo familia, amigos y obligaciones con mi gente. Si me ven con ustedes, no me aceptarán más con ellos Qué va a ser de mi vida? – Nadie puede servir a dos amos a la vez! – fue su respuesta, y vinieron a mi mente las palabras del Maestro Jesús.
“Si en realidad deseas la perfección de tu mente, abandona tus actividades mundanas y sígueme”.
Se perdieron en la distancia. Yo quedé solo, con todas mis dudas y mis pensamientos. Dentro de mí, mi corazón decía: “Por fin he descubierto algo que le da sentido a mi vida”.
Poco a poco se fue forjando en mi mente la meta de ser como ellos. Quería hacer mío ese algo indescriptible y Divino que salía de su ser. Quería ser blanco como ellos. Y por el otro lado, mi familia, trabajo, aquella sociedad que, aunque corrupta era todo lo que poseía. Me tacharían de falso. Pensarían que los traiciono, y me rechazarían. Por otra parte, yo necesitaba ser blanco! !











































































































