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Pecado y Religión

LA CONDUCTA del hombre frente al pecado es diferente según su evolución y su cultura, su religión, su fe y sus creencias.

Para muchos la palabra “pecado” es un anatema incon­fundible cuya existencia es natural en la vida de cada uno.

De manera que para los que piensan en esta forma, nace­mos en el pecado, vivimos en el pecado y morimos en el pe­cado. De ser así, nuestra propia naturaleza estaría sentenciada al eterno dolor y sufrimiento, porque somos, según ellos, pecaminosos.

Sostienen, además, que Dios nos hizo así, y que así tiene que ser.

Estos son conceptos nada más. Cada concepto es una expresión intelectual que obedece a un criterio determinado, teniendo en cuenta la capacidad. el desarrollo moral y espiri­tual de cada quien. Por lo tanto, no debemos aferrarnos a creer ciegamente que el pecado es tan natural en el hombre como el agua que bebemos o como el aire que respiramos. No es así, pero… realmente ¿qué es el pecado?. Es un juicio equivocado que se tiene acerca de las actuaciones humanas en Occidente, dan­do lugar a una preocupante posición de condena o de culpa de lo cual es imposible sacudirse.

Esta es la manera fundamental de enfocar el pecado por parte de la mayoría de las religiones del mundo.

De aquí surgen las creencias de que existen dos tipos categóricos de pecados: el pecado mortal y el pecado venial u original.

El primero es la condena permanente, donde no existe el perdón, porque quienes lo cometen están fuera de la gracia de Dios, y son sus enemigos y dignos de la pena eterna. El segundo es más leve, y la carga es menos pesada para el pecador. lo tienen endilgado como una entidad con propiedad determi­nante todos los seres humanos; se contrae el virus del pecado original o venial por naturaleza. Es definido por la religión cristiana como “aquel en que es concebido el hombre por des­cender de Adán“.

¿Cómo es posible que Dios siendo todo amor, todo justicia y verdad, condene al hombre para siempre al sufrimiento? Resulta inconcebible. No puede ser de esa manera.

Para la filosofía Yoga, el pecado no es nada propio del hombre. El pecado no existe. Lo que conocemos como pecado es la acción de cada cual, y en este sentido no hay dogmatismo.

El libre albedrío del ser humano le da la facultad de hacer o no hacer, pero es responsable por cada acción cometida u omitida.

Es ilógico sostener que estarnos eternamente condenados por los pecados. y que éstos constituyen una mancha indele­ble en nuestras vidas, que según muchas religiones, Dios jamás perdonará; y de lo cual nos vemos impedidos por fuerza divi­na a salir.

Entonces nos preguntamos, ¿por qué la sabia expresión de “arrepentíos, arrepentíos, que el Reino de los Cielos se ha acercado“?

¿Por qué y para qué, si no hay esperanza de salvación, nos vamos a arrepentir? ¿De qué arrepentirnos, si estamos condenados al fuego eterno del infierno por el mismo Dios? Es un error, una grave confusión conceptual y dogmática que se tiene del pecado.

Dios no condena a nadie. El pecado no es una entidad propia del hombre.

En este sentido hemos dicho que el pe­cado más grande del mundo es la ignorancia.

La ignorancia es la causa de todos los sufrimientos que padece el hombre, y ésta sólo desaparece con la limpieza o desintoxicación total de sistema y la purificación mental.

Para alcanzar estos logros, es necesario activar los más ocultos niveles de la conciencia individual.

Esto es rápida­mente conquistado con la práctica del Mantra Yoga Medita­ción, según la evolución de cada uno.

Realmente lo importante no es el llamado “pecado”, ni el mal ni el bien, sino la transformación total de la personali­dad del hombre; las acciones o hechos causales sean cuales sean, tienen sus efectos, es decir, que tanto los pensamientos, las palabras, así como las obras no escapan a la ley del Karma, que es la ley de acción y reacción.

Esa es la razón de la sabia sentencia bíblica: “Por sus hechos los conoceréis”.

Lo que interesa es saber cómo liberarnos de la ignorancia, y conocer una técnica que como el Mantra Yoga Meditación, hace desaparecer la oscuridad mental, elevándonos a los suti­les niveles de la conciencia pura.

¿Qué valor tiene clasificar los hechos en buenas y malas acciones o en pecados, como mazorcas de maíz almacenado?

De nada sirve perder tiempo en estas clasificaciones, aun­que tengamos que responder individualmente por ellas.

Seamos conscientes o inconscientes del hecho cometido, nuestra es la culpa, no es de Dios, entonces, ¿de dónde se saca eso de la condena eterna y el pecado mortal?

En este aspecto el Ser Supremo no es responsable, somos nosotros mismos.

Ahora bien, si tenemos el derecho y la liber­tad de actuar o no actuar, o sea, hacer o no hacer a voluntad las cosas, implica que podemos deshacernos de la ignorancia y del pecado tomando el sendero de la auto-perfección a través del Mantra Yoga Meditación.

Es decir, que eliminando los bajos niveles mentales se ex­tingue la ignorancia y desaparece el pecado.

La ignorancia está dentro, no está afuera, y es natural que produzca sus efectos en nuestra vida cotidiana; de ahí los hechos, que erróneamente llaman pecados.

Lo que nos interesa no es el pecado, ni los hechos, sino activar la mente, aumentar su frecuencia vibracional, ponerla en contacto con la verdad. Armonizarla con las sutilísimas vibraciones cósmicas. Trascenderla practicando diariamente Mantra Yoga Meditación, hasta que el hombre alcance el co­nocimiento de sí mismo, y se identifique su propia esencia Divina con el Absoluto.

Para la filosofía Yoga, carece de valor toda acción de con­dena contra aquel que haya cometido un hecho negativo, comúnmente llamado pecado sin razón valedera; cada indivi­duo actúa en consonancia con su propio nivel mental, lo que no significa que tenga que permanecer atado para siempre a ese bajo nivel frecuencial del océano de su mente, sino que haciendo el esfuerzo necesario, puede salir de este laberinto de su inconsciencia, hacerse consciente, y para esto existe un camino recto y fácil que transitándolo se conoce uno mismo, y aprende a conocer a los demás.

Este camino está sabiamente diseñado para cada individuo y es el Mantra Yoga Meditación.

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