Swami Gurú Devanand Saraswati Ji Maharaj

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Las cualidades de un buen discípulo – Sinceridad

B: SINCERIDAD

314.- El discípulo que es sincero consigo mismo logra un gran desarrollo espiritual. No es bueno engañarse a uno mismo. La sinceridad es la base de la Vida Espiritual.

315.- Son muy pocas las personas que vienen por interés de un verdadero desarrollo espiritual, la mayoría viene por curiosidad, por lograr bienes materiales o por adquirir poderes mentales. Por eso no progresan como ellos desean. Ellos no son sinceros en su propio desarrollo.

316.- Cuando hay una sinceridad, la persona piensa, siente y dice la misma cosa.

No hay diferencia. Como la mente es pura y no se piensan cosas negativas, se puede decir lo que se piensa.

La muerte sólo afecta al cuerpo físico. Ej. alma es eterna… Y tú eres el Alma. Descúbrelo.

Ni naces ni mueres, estás más allá de todo sufrimiento. No te enfermas. Eres perfección y Sabiduría.

Con el Mantra Yoga Meditación tu mente nublada despertará a la realidad.

 

317.- Cuando una persona es sincera y lo que desea es un verdadero desarrollo espiritual, no anda dando vueltas detrás de otros objetos. Se mantiene en la práctica del Mantra Yoga Meditación. Es muy fácil evolucionar cuando hay constancia y fuerza de voluntad.

318.- Hubo un tiempo que había mucha pureza y sinceridad en todas las personas.
Entonces el Mismo Ser Supremo habitaba entre las personas y tomaba forma humana con mucha frecuencia. Las personas tenían miedo de mentir y ofender a los demás, porque pensaban que estaban ofendiendo al Ser Supremo mismo.
En esta época existió un leñador muy pobre que acostumbraba vender carbón sin mucho éxito en el negocio. Durante sus ratos libres él gustaba de presenciar las
ceremonias de los Grandes Sacerdotes Hindúes. Cierto día, se le presenta el mismo Ser Supremo disfrazado de ancianito y viendo sus necesidades, le sugirió que realizara una ceremonia e invitara a ésta a los Grandes Sacerdotes, Santos y demás Sabios. Ceremonia como la que él acostumbraba a observar cuando acudía a los grandes templos sagrados.
El leñador contestó que deseos no faltaban, pero que su situación económica no le permitía tan grandes gastos, pues sus ganancias apenas daban para la alimentación de él y la familia.
“No se preocupe”, dijo el anciano. “Venda su mercancía pensando en todo momento que el dinero que obtenga es para ofrecerlo al mismo Ser Supremo que se lo ha enviado”.
Siguiendo sus instrucciones, el leñador durante el próximo día recolectó por sus ventas más dinero que lo que realmente valía la mercancía vendida, y así sucedió todos los días de ahí en adelante. Una noche salió contento para su casa y celebró la prometida Ceremonia. Más tarde apareció el ancianito y revelando su propia personalidad le dice: “Por tu confianza al Ser Supremo y por pensar en El, aún durante los negocios, usted ha conseguido el éxito”. El leñador se convirtió más tarde en un gran Maestro de su época.
¿Se dan cuenta? Cuando uno actúa conforme a la voluntad del Ser Supremo, todo se resuelve. Esa es la Sinceridad.

319.- Cuando la persona es sincera, es muy fácil obedecer al Maestro, aunque no entienda inmediatamente por qué el Maestro actúa en determinada forma.
Una vez en un Ashram, un Maestro envió a un discípulo a buscar alimentos. El discípulo regresó con sólo tres frutas. Inmediatamente el Maestro mandó a tirar dos de ellas al río y tomó sólo una de ellas. El discípulo, no preguntó nada, pero cargó con la duda por muchos años.
Tiempo después, se acercó al Gurú y humildemente preguntó la causa que lo impulsó a deshacerse de dos de las frutas, cuando había tanta escases de
alimento.
El Maestro contestó: “La primera fruta fue regalada a usted con amor, ésa fue la que utilizamos. La segunda y la tercera frutas no fueron regaladas a usted con sinceridad, ésas fueron las que tiramos”.

320.- Cuando el discípulo es sincero consigo mismo, sincero con el Maestro y busca con seriedad un desarrollo espiritual, llega el momento en que ocurre una sincronización tan grande entre Maestro y discípulo, que antes del Maestro indicar ciertas instrucciones, ya el discípulo está haciendo lo que el Maestro quiere que se haga. El Maestro piensa y ¡YA!, el discípulo está haciendo. En esta forma el desarrollo espiritual es muy rápido.

321.- Todos los hijos se quieren en igual forma. Así, el Maestro quiere igual a todos sus discípulos. Pero, aquél que es sincero, está más cerca de El, y ése se quiere en una forma diferente.
Si un padre tiene dos hijos: Pedro y Juan, el papá cada vez que llama a Pedro y le dice que haga algo, Pedro le dice: “Sí, Papá”, y enseguida obedece; y en cambio, Juan nunca obedece las órdenes del papá; entonces veamos que cuando Pedro necesita algo, no tiene la necesidad de pedirlo, Juan tiene que pedirlo y el papá le socorre pero no con la misma satisfacción.
De la misma forma, los Maestros siempre están dando bendiciones y ayudando a sus discípulos, pero aquellos que son sinceros y obedecen al pie de la letra sus instrucciones, esos siempre tienen SU GRACIA, ni siquiera tienen que pedir nada. Todo les llega en su debido tiempo y en abundancia. El Maestro les suple todo lo que necesiten.

322.- Entre las cualidades principales e imprescindibles para el progreso en la vida espiritual, se encuentra principalmente, la sinceridad, la humildad, la perseverancia y la constancia en el Mantra Yoga Meditación.

323.- Lo que sucede es que mucha gente no es sincera y por eso pasa mucho tiempo en el mismo lugar, sin lograr ningún avance. Porque, ¿cómo se puede progresar si no se es sincero ni aún con uno mismo?

324.- Todos los discípulos sinceros y dedicados a la vida espiritual, siempre están protegidos por la GRACIA DEL MAESTRO. Si va a ocurrir una catástrofe, por ejemplo, mientras esta persona está en el área, no ocurre. A veces la persona es impulsada a irse del pueblo o del país hasta días antes de que ocurra algo negativo. Mientras que las personas que tienen acciones muy negativas, ésas se van al lugar de la catástrofe y allá los toma el terremoto, la tormenta o cualquier reacción que vaya a ocurrir. El Maestro protege a sus discípulos sinceros, no importa la distancia física que les separe.

325.- Discípulo: “Maestro, ¡qué terrible accidente es aquél!”
Maestro: “Las personas que están meditando, nunca van a tener ese tipo de accidentes, siempre y cuando estén haciendo el Mantra Yoga Meditación, con sinceridad”

326.- Al hacer su ofrenda al Ser Supremo, no es necesario traer montañas de cosas. El Ser Supremo no se fija en la cantidad, sino en el estado de su corazón y la pureza de su sinceridad. Si usted ofrece algo a cambio de algún beneficio, eso no es una ofrenda de amor. Eso es una ofrenda con condición. Hay que dar por el amor de dar.

327.- En la vida espiritual es necesario, para nuestro propio progreso, el decir siempre la verdad. “En la India, hay personas que prefieren morir antes de decir una mentira”. Eso es sinceridad.

328.- No te preocupes si este cuerpo está aquí o allá, si se hace la práctica de Mantra Yoga Meditación con sinceridad, el Maestro siempre está guiando y cuidando a sus discípulos no importa dónde se encuentre su cuerpo físico.

329.- En la India antigua, muchos años atrás, todos los reyes tenían a su lado la guía de un Maestro Espiritual. En cierta ocasión, un gran rey invitó a todos sus relacionados a una gran fiesta. Pero uno de sus subalternos estaba conspirando en su contra. Sin embargo el rey estaba completamente sincronizado con su Gurú y no hacía nada sin su consentimiento. Sucedió que, en el momento del brindis, el rey oyó la voz de su Maestro, el cual le transmitió un Mantra diciéndole que lo pronunciara. En el momento en que pronunció el Mantra, la copa .se rompió y así el Maestro lo protegió del veneno que había sido puesto en la copa. ¿Usted ve? Cuando un discípulo es sincero, siempre hace lo que el MAESTRO está diciendo, y todo lo ofrece a El, el Maestro siempre le guía y lo protege.

330.- Una vez había un sacerdote Hindú que acostumbraba ofrecer todos los alimentos al Ser Supremo antes de comerlos, como ya era su tradición. Y un día, estando ocupado, envió a su niña pequeña para que fuera al templo a ofrecer la leche. La niña, tomando el tazón lleno de leche, fue al altar a hacer lo que su papá le había indicado. Con una oración, ofreció al Ser Supremo el alimento y esperó un rato. Pero como el SEÑOR no se aparecía, volvió a ofrecerlo. Al no ver resultado, comenzó a llorar desesperadamente. Las lágrimas puras, inocentes y sinceras de la niña llegaron hasta el Señor, quien se manifestó en forma humana y tomó toda la leche. La niña corrió llena de contento hacia su padre. Cuando llegó con el recipiente vacío, el padre le dijo: “¿Dónde está la leche? Has venido con el recipiente vacío”.
La niña contestó: ¡Oh, padre! El SEÑOR se apareció y se ha tomado la leche tal como yo se la ofrecí.
“Pero no puede ser”, replicó el padre incrédulo. “Vamos al templo otra vez y llevemos otro tazón de leche, a ver si estás hablando la verdad”.
De nuevo la niña imploró al Ser Supremo que tomara la leche que le ofrecía. El Ser Supremo apareció ante ellos para tomar la ofrenda. Y el padre, asombrado, se postró emocionado a los pies de su pequeña hija, siendo más tarde su discípulo.
La diferencia entre la ofrenda de la niña y la del padre es que la niña ofrendaba con sinceridad y pureza. DIOS SIEMPRE ESCUCHA LOS CORAZONES PUROS.

331.- SHRI SHANKARA, cuando pequeño, siempre andaba con su madre por todas partes. Le obedecía y le respetaba siempre. Sin embargo, desde muy tierna edad comenzó a crecer dentro de él, el anhelo profundo de encontrar la sabiduría, para así salvar a la India del Materialismo y la Confusión enorme que se avalanzaba sobre ella. Desde la edad de 4 años el jovencito Shankara pidió permiso a su madre para alejarse de la casa y convertirse en un renunciante. Quería abandonar su hogar para dedicarse a la Vida Espiritual. Pero la madre, por su inmenso amor y ternura hacia el niño, temiendo por su corta edad, no accedió. Pero siempre sucede que cuando existe un anhelo sincero de liberación, el Ser Supremo ayuda al aspirante.
“No puedo partir sin permiso. Mejor esperaré. Algún día ella accederá”. Pensaba Shankara, sin perder las esperanzas de hacerse monje. Pocos días después, mientras su mamá lavaba en el río, y estando Shankara bañándose en el mismo lugar, apareció un cocodrilo y lo tomó por una pierna. Cuando la madre observó esto, se alarmó.
“Madre, dame tu permiso antes de morir. Permíteme morir como un renunciante”.
¡Oh, hijo! ¿De qué te sirve ahora? Pero para satisfacer tu deseo antes de morir, te doy mi consentimiento, gritó la madre.
En ese momento, el cocodrilo lo dejó escapar y Shankara fue a donde su madre sano y salvo. Inmediatamente Shankara hizo toda la preparación, dejando su madre al cuido de su familia y partió del hogar en busca de su Maestro Espiritual para ser formalmente iniciado en las Sagradas enseñanzas Védicas y como Monje renunciante. Formó su propia orden Ascética que sigue sus enseñanzas de la filosofía Védica hasta la fecha… y seguirá en los años futuros.
Como Shankara llevaba una sinceridad en su corazón, todo se resolvía a su favor.
¡Esa es la grandeza del Ser Supremo!

332.- Cuando la persona es sincera y no dice mentiras, su voz adquiere cierta fuerza y poder. Esa voz se carga de magnetismo y llega el momento en que todo lo que ese individuo dice, se cumple. Entonces hay que tener mucho cuidado con lo que se piensa y se dice.

Si por el contrario la persona está siempre hablando cosas sin sentido, criticando y blasfemando, entonces su voz pierde fuerza y la gente deja de confiar en él. La voz se debilita cada vez más y es muy difícil que este tipo de persona logre éxito en la vida.

333.- La persona sincera hace su práctica de Mantra Yoga Meditación en una forma inocente, sin pedir ni esperar nada. Trabaja en la Obra del Maestro con humildad y obediencia. Repudia la mentira y la vanidad y es constante y firme en las Prácticas del Mantra Yoga Meditación. Es muy escaso este tipo de personalidad. Cuando la mente llega a una pureza, la sinceridad se manifiesta y entonces es muy fácil ascender por el Sendero Espiritual.

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