Se establece en la Joya Suprema del Discernimiento de Shri Shankaracharya:
“Hay en éste mundo tres cosas poco comunes, que sólo las dispensa la gracia del Señor: el nacimiento en un cuerpo humano, el ardiente deseo de liberación y la atenta protección de un maestro iluminado”.
Se dice que hasta Shri Krishna, que es considerado como una completa encarnación divina, tuvo su Gurú.
Dijo también Shri Shankaracharya:
“Mi refugio no es mi padre ni mi madre, ni mis hijos, ni ningún otro; mi Refugio serán los pies de mi Maestro sobre mi cabeza”.
Se atribuye al Maestro Devanand haber dicho:
“La difícil tarea de llevar a un discípulo de la obscuridad a la luz sólo es otorgada por el Ser Supremo a Grandes hombres sabios llenos de inegoísmo, sinceridad y humildad; aquellos que tienen la valentía de resistir y perseverar en las difíciles pruebas a que son sometidos”.
Los grandes Maestros Espirituales han resaltado la importancia y necesidad del Gurú para emprender el Camino del descubrimiento de nuestra verdadera naturaleza, Vichara.
He sido bendecido en ésta encarnación con muchas cosas y entre ellas, de las que considero mas trascendentes en mi camino espiritual, son sin duda haber conocido al menos a dos Maestros Espirituales, a mi amado Swami Gurú Devanand Saraswati y a su Maestro Swami Shantanand Saraswati Shankaracharya of the Jyotir Math.
En qué momento reconocí a Swami Gurú Devanand como mi Maestro Espiritual? No lo se con claridad. Pero siempre he tenido la certeza de que lo es y siento un profundo agradecimiento de que me haya aceptado como su discipulo.
Tuve la fortuna de conocerlo en dos ocasiones antes de formalmente convertirme en su discipulo en mi Iniciación. En la primera, recuerdo haber sido tocado por sus palabras, sabiduría y presencia. Mas estaba en el umbral de una época difícil, sombría; y que casí me consumió. En fin, salí de su conferencia reconfortado, contento y satisfecho, pero en seguida olvide la experiencia volviendo a perderme en la inercia de lo automático.
Pasados los años, lo volví a encontar en una serie de conferencias, y en esa nueva oportunidad sí lo concebí como mi Maestro Espiritual, mas habría de pasar un año mas aproximadamente para que diera el paso definitivo y lo buscara para Iniciarme en su técnica.
Evidentemente, al menos para la mayoría de los aspirantes, no hay manera de establecer de manera racional quién tiene las cualidades de un Maestro Espiritual. Hay que confiar en el conocimiento que nos surge del corazón, de la intuición.
No obstante, muchos sabios nos han indicado cualidades que se han observado en éstos seres realizados.
“El Maestro es el guía, es la luz que enciende la hoguera en el interior del discípulo preparado.
Es el instrumento a través del cual la Sabiduría Universal se manifiesta en forma clara tomando aspecto humano.
El Maestro es el GRAN PASTOR que cuida sus ovejas las encamina hacia pastos verdes y aguas cristalinas.
Es, sin lugar a dudas, el disipador de la obscuridad producida por la ignorancia; el que ilumina día a día y en diferentes formas el Sendero hacia la Sabiduría”.
Swami Gurú Devanand Saraswati Ji Maharaj.
“Empecé joven un peregrinar en la India, no buscando sagrados santuarios, pero hombres santos, fui de un lugar a otro buscándolos de diferentes caracteres y naturalezas. Lo que obtuve de todos ellos su gran natural y desbordante amor, su abierta tendencia, su profunda compasión y su inclinación para encontrar algo bueno. En toda persona ellos encuentran algún bien, por ello ven también lo bueno en los malvados. Por hacer esto, ellos se convierten en la bondad misma porque ellos acumulan bondad: nosotros somos lo que acumulamos. En su presencia solo hay amor, compasión y comprensión”.
Inayat Khan.
Sólo una persona con cualidades superiores es capaz de reconocer a otra de la misma índole y por esta razón, la humanidad ignorante no puede ver la grandeza de estos Sabios mientras peregrinan entre la multitud.
Se lee en la Joya Suprema del Discernimiento de Shankara:
“No penséis que es posible comprar la inmortalidad”, tal es la declaración de los vedas.
El Maestro Devanand solía recordar que en el camino espiritual no hay atajos. Es un camino en donde no se puede hacer trampa.
La presencia del Maestro en la Ceremonia de Iniciación, (no me refiero a la presencia física), es absolutamente necesaria para que ésta se pueda llevar a cabo y se establezca ese contacto, a nivel sutil, del Iniciado con el Maestro y la Tradición Espiritual.
Cualquiera puede pretender ser maestro y justificar ser llamado así. Aceptar ser llamado maestro cuando uno apenas inicia un camino del que se desconoce todo, lo priva a uno de la oportunidad de conocerse. La verdadera tarea es empezar aceptando con humildad que es lo que lo que uno no es, Neti Neti; abriendo con ello la posibilidad del autoconocimiento y la realización que uno es, Tat Tvam Asi (Yo soy eso, el Uno sin segundo).
Igualmente se dice en la Joya Suprema del Discernimiento de Shankara:
“Porque todo aquel ávido de libertad que solicita protección;
todo aquel que vive conforme a lo que pide la escritura;
todo aquel cuya mente está ya pacificada,
encuentra siempre al misericordioso sabio presto a enseñarle la verdad”.
“Oh, sabio discipulo. No temas. Estás fuera de todo peligro”.
Lo anterior no significa que el aspirante esté libre de la ley del karma, mas bien, si uno se mantiene fiel a las enseñanzas e indicaciones de su Maestro uno podrá continuar en el camino espiritual no importa lo grandes que sean los retos y uno contará siempre con la bendición de estar ante los pies de un Maestro Espiritual.
Fernando Jiménez.
Instructor de Mantra Yoga Meditación.
Xalapa, Veracruz, México.
Agosto 2022.
Excelente Don Fernando.
Hari Om!