EL ENCUENTRO CON SHANTANAND PARTE II

EL ENCUENTRO CON SHANTANAND PARTE II

–Martes 28 – de Febrero 1995

Habiendo escuchado esa frase que nos dirigió y que aún me resuena como si fuera ese día, llevo como reto a través de la práctica de la meditación de algún día comprender a plenitud y realizar todo lo que encierra esa oración :

“ Ustedes no saben lo que tienen en las manos”.

Una vez que Swami Shantanand finalizó sus palabras que a bien tuvo dirigirnos, se procedió a pedirnos que nos acomodáramos a su alrededor para así tomarnos una foto la cual conservo con mucho respeto y agradecimiento profundo al Maestro de nuestro Gurú por haber tenido esa gracia de recibirnos aún y cuando de nuestra parte como grupo de habernos presentado sorpresivamente y solicitarle nos recibiera no fue por la vía mas indicada hasta donde sé.

Y digo esto porque también hubo un regaño o señalamiento que nos hizo al pedirnos que para futuras ocasiones antes de acudir así, primero nos dirigiéramos a su traductor oficial y discípulo Mr. S. M. Jaiswal en Londres para solicitarle audiencia.

Dicho esto debo de mencionar que también existe un documento que se tradujo y se nos entregó del mensaje que Swami Shantanand mandó a los miembros de la SIRD y a América en ese entonces y que a continuación me permito adjuntar :

Después partimos todos al hotel a seguir con los itinerarios trazados con el corazón rebosando de alegría por haber estado al lado aunque fue un momento con aquel Ser que es el Maestro de nuestro venerable Gurú.

Allí en el hotel nos despedimos unos de otros ya que cada grupo tenía su ruta a seguir incluso me despedí de Luis Fernando que decidió partir antes de lo pensado.

Por mi parte ese mismo día regresé al Ashram después de haber ido a comprar un boleto de tren de regreso a Delhi y para allí comenzar mi ruta del tiempo restante que pasaría en India a donde el viento me llevara y que fue maravilloso ya que me sentí como en mi casa como decimos.

Ese día 28 de febrero de 1995 el resto del día hasta tarde la pasé en el Ashram ya que el tren partía a las 9:30 pm, así llegué de nuevo por la tarde temprano sin saber si podría ingresar, pero entré como en mi hogar : ) algunos me reconocieron y me invitaron a pasar y sentarme allí en un rinconcito frente del Shiva Lingam ante el cual presencie una ofrenda que mas tarde se llevó acabo.

Mi mente traía muchas inquietudes y al estar en el Ashram y ver esa humildad con la que se vivía y observar eso niños que convivían con las Swamis de mayor edad me trajo aún mas dudas y de repente un muchacho de nombre Ravindra Kumar Mishra se me acercó y que por su ropa de civil deduje que no era un renunciante y se presentó diciéndome su nombre y que estudiaba en la Universidad allí en Allahabad y que rentaba un cuarto en el Ashram, que era una de las pocas fuentes de ingreso con la que se ayudaban los Swamis para su sustento, como me dijo y que además era iniciado y practicante de meditación, nos entendimos muy bien y ya con la confianza que me otorgó le pregunté -oye cómo es que estos niños tan chicos están aquí ya dedicados a la vida en el Ashram?-

A lo cual me contestó – Mira los Swamis más grandes ya saben a donde ir a buscarlos con sus familias alrededor de toda India y se los traen porque tienen un desarrollo ya más avanzado para seguir su camino espiritual aquí dentro del Ashram, y sus padres que lo comprenden se los conceden gustosos para que continúen su vida espiritual-

Wow dije, y mi mente inquieta de occidental seguía preguntándole. Oye y por qué tú no te dedicas a ser un renunciante aquí dentro del Ashram y me dice con una naturalidad – no mira yo medito pero no tengo aún ese nivel para ser uno de ello y mi lugar por el momento está en la Universidad para seguir estudiando-

Poco a poco conforme fue transcurriendo el tiempo que se me hizo corto, fueron acercándose algunos de los niños y otros Swamis con los cuales establecíamos una comunicación a través de Ravindra Kumar como interprete, uno de ellos Swami Ram Chandranand Saraswati Ji Maharaj me dijo que era discípulo de Shantanand y comentó que conoció a nuestro Maestro Devanand con una sonrisa en la cara y gusto de decírmelo orgulloso, así lo percibí ya que cuando se acercó le mostré la foto de nuestro Maestro, lo cual me dio un gusto escuchar y estar hablando con él, en un momento me pidió la libretita que llevaba como diario del viaje donde apuntaba mis notas y se puso a escribir en sánscrito, a la fecha sólo sé una frase de esas, que es Om Namaha Shivaya, que me dijo Kumar y lo único que pudo interpretar del sánscrito.

Otro de los monjes Jay Prakash Panday que se acercó, éste era muy joven y me invitó a una ceremonia que dirigió más tarde allí mismo en el Shiva Lingam, la cual presencie con absoluto respeto y en postura de meditación y lo cual me dijeron se llevaban acabo estas varias veces al día, lo cual agradecí profundamente.

En un momento dado de ese periodo de tiempo que pase allí ví de nuevo a Swami Shantanand caminando pasando por un pasillo hacia otro lado del Ashram, y me llenó de gozo y alegría volver a verlo .

Conforme se iba acercando la hora de partir para estar a tiempo en la estación de tren para partir a Delhi me entraba una nostalgia pero a la vez una paz y alegría de haber compartido esos momentos en el Ashram que me trajeron un alivio a muchas inquietudes que en ese entonces me llenaban la mente y así me despedí de Kumar y los otros Swamis y niños que se encontraban en ese momento.

De allí partí a la estación de tren a la aventura de seguir el viaje a donde me llevara el viento y agradeciendo al Ser Supremo por esos momentos que jamás olvidaré. Dejaré para otra ocasión tal vez todas esas aventuras que sucedieron posteriormente en el viaje, por el momento hasta aquí llegaremos con este relato.

Compartirles por último que una vez terminado el viaje por India y sabiendo que regresaría a Londres como escala y teniendo el tiempo suficiente decidí tomarme la libertad de ir a mostrarle mis respetos y conocer a Mr. S.M. Jaiswal a título personal, sin ninguna expectativa de ninguna índole sólo aquella de pasar un momento y compartirlo con alguien tan afín y la talla de Mr. Jaiswal que le agradezco por haberme recibido en su casa y conversar de lo sucedido en Allahabad y las recomendaciones hechas por Swami Shantanand al igual que de la meditación misma y de nuestro Maestro Devanand.

Hari Om

Agustín Cortés S.