Swami Gurú Devanand Saraswati Ji Maharaj

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El Pranayama y sus Tipos – Según Ramana Maharshi

El control del soplo puede ser interno o externo. El Antah Pranayama (la regulación interna del soplo) es como sigue:

Naham chinta (la idea «yo no soy el cuerpo») es rechaka (exhalación).

Koham (¿quién soy yo?) es puraka (inhalación).

Soham (yo soy Él) es kumbhaka (retención del soplo).

Haciendo esto, el soplo se controla automáticamente.

Bahih Pranayama (el control o regulación externa del soplo) es para quien no está dotado de fuerza para controlar la mente. No hay ningún modo tan seguro como ése; o como la compañía de un Sadhu (Hombre Santo). Un hombre sabio debe recurrir a la práctica externa si no goza de la compañía de un Sadhu. Si está en compañía de un Sadhu, el Sadhu proporciona la fuerza necesaria, aunque sea invisible para los demás.

El Pranayama no necesita ser exactamente como se describe en el Hatha Yoga. Bastará un poco de control del soplo para controlar a la mente, si se está practicando japa, dhyana, bhakti, etc. La mente es el jinete, y el soplo es el caballo. El Pranayama es un control sobre el caballo. El jinete es controlado mediante ese control.

Puede hacerse sólo un poco de Pranayama. Observar el soplo es un modo de hacerlo. La mente, abstraída de las demás actividades, se dedica a observar el soplo. Eso controla el soplo; y, a su vez, es controlada la mente. Si no es capaz de hacer esto, entonces no es menester practicar rechaka ni puraka. Puede retenerse un ratito el soplo mientras se realiza japa, dhyana, etc. Entonces, sobrevendrán también buenos resultados.

El Pranayama según el Gnana es:

«Na aham» Yo no soy esto = expiración

«Koham» ¿Quién soy yo? = inspiración

«Soham» Yo soy Él = retención del soplo

Esto es vichara (Auto-indagación, es la atención constante a la conciencia interna de ‘yo’ o ‘yo soy’. Fue recomendado por Ramana Maharshi como la forma más eficiente y directa de descubrir la irrealidad del pensamiento “yo”, y luego descubrir la identidad de uno con su fuente). Ésta vichara produce el resultado deseado.

Para el que no está tan avanzado como para dedicarse a esta vichara, la meditación produce la suspensión del soplo y la mente cesa de estar inquieta. El control de la mente efectúa espontáneamente el control del soplo; de igual manera, el control del soplo ayuda a calmar la mente, por ejemplo: Kevala Kumbhaka (retención espontánea del soplo, sin atención a la inhalación ni a la exhalación).

Para el que es incapaz de hacer también esto, se prescribe la regulación del soplo para aquietar a la mente. Este aquietamiento dura sólo mientras se controla el soplo. Así pues, es transitorio.

Claramente, la meta no es el Pranayama. Se extiende a pratyahara, dharana, dhyana y Samadhi. Esas etapas tratan del control de la mente. Ese control deviene más fácil para el hombre que anteriormente había practicado el Pranayama.

El Pranayama le lleva a las etapas más altas que implican el control de la mente. Por consiguiente, el control de la mente es también la meta del Yoga. Un hombre más avanzado, de modo natural, irá directamente al control de la mente sin perder su tiempo en practicar el control del soplo. Un simple desarrollo del Pranayama sólo puede conferir los siddhis, que tantos anhelan.

Cuando se le preguntó a Ramana si había algunas restricciones de alimento, Sri Bhagaván dijo: «Mita hita bhuk» —alimento agradable en cantidad moderada.

 
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