Swami Gurú Devanand Saraswati Ji Maharaj

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Conferencia sobre lo que es una filosofía

El concepto de una filosofía muchas veces viene precedido de la tradición. Es decir que el concepto que muchas personas tienen de una filosofía, como también sus ideas intelectuales, no son más que meras teorías intelectuales, o proyecciones de la memoria. Pero esas elucubraciones de la mente no son una filosofía.

Una filosofía debe ser completa porque su propósito debe ser ayudar a las personas a alcanzar la sabiduría, o la iluminación. Si una filosofía no ayuda en ese sentido, quiere decir que algo falla, y cuando algo falla el ser humano busca otra cosa.

La gran belleza del ser humano, así como su gran inquietud, es que seguirá buscando hasta llegar a la fuente. Si el ser humano no llega a esa plenitud de la vida, que es la sabiduría, no parará de buscar. No importa dónde, no importa en qué lugar, no importa la influencia religiosa, no importa la clase de cultura que se tenga, todas son cosas secundarias. No importa que la persona sea negra, marrón o amarilla, seguirán siendo cosas secundarias. Lo que el ser humano busca es la sabiduría y su enseñanza.

Se puede ser pobre, o se puede ser rico, con muchas comodidades. Las comodidades no se deben confundir con la felicidad, la diferencia es como el día y la noche, porque el individuo adquiere las cosas materiales para ser feliz, pero en el afán de adquirir esas cosas se olvida de otras y llega un punto en que queda inutilizado, hipnotizado por la materia, y cuando la gente está hipnotizada por la materia es difícil ver la diferencia.

La materia tiene a la gente esclavizada y no saben cómo salir de esa esclavitud. Desde que se levantan en la mañana hasta que se acuestan en la noche sólo piensan cómo van a adquirir esto, cómo van a comprar lo otro, cómo van a comprar los zapatos, la cartera y unas cien mil cosas más. No hay nada malo con la materia, porque la materia fue creada por el Ser Supremo.

No está bien criticar algo que no conocemos. En el momento que se abre la boca para criticar algo, se manifiesta ignorancia. Parece que hoy día la gente no tiene buenos pensamientos en su cabeza, sólo pronuncian palabras negativas.

Las personas se sienten cansadas de vivir, pero cómo es eso si la vida es tan bella, la vida es algo maravilloso. La vida es interna, es la fuente de todas las cosas bellas y la gente, por su propia ignorancia, por su propio vacío, no encuentra tiempo para hacer la práctica que puede liberarle de ese estado hipnótico.

Precisamente por la propia ignorancia y el propio vacío es que se debían buscar las prácticas que profundizan y liberan de ese estado hipnótico, pues hasta que no se empieza la práctica uno se siente perdido siempre.

De manera que el propósito de una filosofía es sacar a las personas de ese estado de ignorancia y si alguna filosofía no puede hacerlo, entonces esa filosofía no sirve para nada. Es como la gente que compra cabritas que no dan leche y la tienen como adorno.

Muchas veces la gente anda detrás de una ideología, no obtienen resultados pero siguen medio ciegos detrás de ella, detrás de quién sabe qué sin resolver su situación. Esas personas están estancadas. A veces hasta tienen pereza para siquiera pensar en lanzarse, pereza hasta para tomar iniciativas. Esas son las personas que tienen a la sociedad como está.

Hay también una clase de gente que se quiere imponer, que piensa “lo mío es lo correcto y lo demás no sirve para nada”.

¿Qué derecho tienen de imponerse? Así como piensan que tienen derecho para eso, no piensan que el otro también tiene derechos.

Si cada uno asumiera su derecho a pensar e imponer su criterio, comenzarían las peleas y terminaríamos en guerra. Ese es el problema actual del mundo, nadie quiere defender el derecho de los demás. Eso ocurre por culpa de la ignorancia.

Entonces, una filosofía debe tener enseñanzas con profundidad, no sólo que abarquen uno u otro aspecto, sino que sus enseñanzas deben ser completas y con profundidad.

En nuestra sociedad hay personas de todos los niveles y la gente debe tener libertad de pensar, de actuar y de hablar, no deben ser esclavizadas con ideas o creencias. Muchas veces las personas se esclavizan con algo por mucho tiempo, mantienen esa línea de pensamiento y se quedan tan esclavizadas que tienen miedo de salir o abandonar sus ideas.

Hay gente que se esclaviza en su casa y tiene miedo de salir, y si se quedan en la casa, ¿cómo van a tener éxito en la vida? Hay una variedad de colores, ideologías, personas, miedos. Diferentes personas en cada casa, en cada sector, en cada lugar, con diferentes tipos de personalidad y si no salen de sus casas para adquirir conocimientos y profundidad, para abrir sus ojos, no podrán eliminar la ignorancia.

Hay que tener una visión más amplia, ensanchar la visión. Ahí radica el problema de algunas personas, que tienen miedo de lanzarse, de salir de su conocimiento o mentalidad estrecha, el miedo las paraliza y se quedan en el mismo sitio, así pierden la grandeza, por estar encerradas en sí mismas.

Es por eso que si el individuo quiere superarse, mejorar, debe abrir su mente al universo. Si queremos investigar cada cien años de vida será poco tiempo para comprender. Por eso debemos tener profundidad, para discernir lo que conviene al desarrollo y si hacemos algo que no produce éxito, hay que cambiar las cosas a tiempo porque, si no se cambian, podemos quedar estancados. Esa es la meta del ser humano.

Lo que la gente necesita es desarrollo espiritual. La materia no tiene nada malo, hay gente que critica el dinero, dicen que el dinero no sirve, que es del diablo, que el dinero es la raíz de todo mal y realmente el diablo son ellos, porque el dinero no tiene inteligencia para pensar.

El culpable es el individuo que no tiene capacidad para manejar el dinero, ese dinero que tiene a la gente embobada, que por el dinero es capaz de hacer cualquier cosa. Y cuando digo cualquier cosa, es cualquier cosa.

La gente tiene los valores confundidos. La adquisición de lo material es una cosa tremenda, acaba a la gente con ese afán, roban, matan, se vuelven prostitutas, homosexuales, hasta matan a los padres y hermanos, por el dinero. Y con esas limitaciones en la inteligencia, las personas se vuelven muy egoístas, no les importan los demás y, con el afán de poder para controlar y dirigir, matan a las personas como moscas.

Debemos investigar en la historia. Observemos que hubo seres humanos que en su momento mataron a otros por dinero, pero al final ellos también murieron, porque la gente hace tan- tas cosas por defender lo material y la materia no necesita nada de eso, la materia existe, pero hay que saber utilizarla. Tampoco nos pertenece, porque no tenemos capacidad para crearla.

Usted que vino al mundo y encontró la materia, utilícela a su favor, para llevar una vida espiritual, porque si no lo hace, ¿qué pasará? Llevará una vida miserable y aunque tenga dinero, estará bajo la influencia y la hipnosis de la materia, que lo mantendrá amarrado, le será difícil salir de ella. Hay que saber la clase de peleas que hay entre hermanos y primos, hacen barbaridades para adquirir materia y a la larga tampoco la aprovechan.

Hay personas que piensan: “papá tiene tantas cosas, tanto dinero, y no suelta ni un centavo”. Entonces el hijo comienza a planificar cómo matar al viejo, en vez de trabajar para obtener su propio dinero. Con su mente fija en el dinero del padre comienza a planificar cómo matarlo y tan pronto lo mata la policía se encarga de él. El mismo dinero por el que peleó y mató, lo lleva también a la cárcel.

La gente debe saber el verdadero valor de las cosas materiales. Uno es quien da valor a la materia. La materia tiene valor porque es la gente quien se lo da, porque el individuo da valor a las cosas que no le ayudan ni le dan felicidad.
Hoy día el pecado más grande es ser rico. La gente llega a cierta posición y piensa que el dinero soluciona todos los problemas, pero les agarra una enfermedad y con todo el dinero  que tienen pueden viajar donde sea a buscar una cura, pero su enfermedad es incurable. No hay que sentir lástima, no pierda su tiempo, esas personas merecen estar en esa situación.

Es como si usted quisiera encontrar personas verdaderamente religiosas, no vaya a la Iglesia pues allí sólo va a encontrar mujeres con la ropa de moda, si quiere encontrar personas verdaderamente religiosas visite las clínicas pues allí hay enfermos incurables con una Biblia a su lado, porque saben que ningún médico, medicina, o familiar, les puede ayudar, ni el dinero que tienen. El único que les puede ayudar es Dios.

En ese sentido las enfermedades son como una bendición porque si se tiene una buena disciplina y seriedad en la práctica espiritual, las enfermedades desaparecen. Hay que darse cuenta de que la vida es espiritual en esencia y que la única disciplina que puede sacar a la gente del estado hipnótico es la disciplina espiritual.

La espiritualidad es la fuente de la felicidad, por esa razón las personas deben seguir su inspiración y buscar una disciplina espiritual para despejar la mente, para discriminar y discernir mejor y no perder el tiempo, no hacer cosas que no darán resultados.

Si uno se dedica a una sola cosa, tiene oportunidad de hacerla bien. Es decir, si una persona quiere ser médico, ¿qué debe hacer? ¿Estudiar ingeniería, o arquitectura o electricidad? El que se mete en un montón de cosas y cree que va a salir con un título de medicina está mal, lo que esa persona tiene que hacer es dedicarse a una sola cosa y si se concentra bien, en siete u ochos años tendrá su título. Pero si un año piensa en meterse a ingeniería y al siguiente piensa en otra cosa, a los 50 años no será ni médico, ni ingeniero, ni nada por dispersar la energía en tantas cosas. Nunca se debe hacer eso.

Uno debe concentrar la energía en una sola cosa y tratar de hacer eso bien. Cuando se mantiene la atención en una sola cosa, se alcanza el éxito. En nuestro Centro enseñamos una sola técnica, la técnica del Mantra Yoga Meditación. Cuando las personas comienzan a practicar esa técnica con constancia, comienzan a activar su mente, que estaba inactiva. Poseemos una capacidad que no sabemos utilizar, que está latente dentro de nosotros y no sabemos qué hay que hacer para utilizar esa capacidad.

El propósito del MYM es ayudar, de una forma sistemática, a activar los niveles de la propia mente, de las facultades de la propia mente. Inmediatamente se empiezan a activar esos ni- veles la mente está más despejada y se comienza a comprender mejor las cosas. El discernimiento cambia y el individuo comienza a liberarse de la esclavitud de la materia y comienza a sentirse más libre, entonces viene el desarrollo, cuyo propósito es llegar a la sabiduría.

Todas las personas quieren ser sabias, nadie quiere ser estúpido o ignorante. Por esa razón trabajamos y estudiamos, para, a la larga, ser sabios. Pero llegar a la sabiduría no es fácil. Notamos que en nuestra sociedad hay millones de pesos y que todo el mundo está imbuido en la materia, pero no hay sabios por ningún lado.

Llegar a la sabiduría no es una cosa sencilla, cualquier tonto puede ganar dinero hoy día, los obreros ganan más dinero que los profesionales. Ganar dinero no es gran cosa, saber gastarlo es otra cosa. Y hacer algo para lograr nuestro desarrollo espiritual, es otra cosa.

Hay un desequilibrio y es sencillamente que muchas personas no hacen nada por su desarrollo espiritual y dedican todo su  tiempo a la materia. Ese es el problema. Pero si comienzan una disciplina espiritual, la materia no los esclavizará.

Así, con profundidad, con equilibrio, se aprende a utilizar la materia sin preocupación y la vida comienza a cambiar. Eso se llama transformación de los valores por el estado de la conciencia. Cuando se logra, en ese momento usted dirige la materia, no la materia a usted.

La libertad que da el desarrollo espiritual es la única cosa que conduce a la sabiduría y el propósito de la sabiduría es buscar ese estado de plenitud espiritual.

El MYM es una técnica fácil porque hasta un niño de 6 años puede hacerla. Es sencilla, porque hasta un analfabeto puede hacerla; los intelectuales, la gente que tiene tantos títulos académicos, también pueden hacerla.

Para lograr el desarrollo y la integración de su vida, aplíquese la técnica del MYM, esa es la belleza de esta filosofía. Una filosofía que no tiene una parte práctica para establecer el valor de la enseñanza, es una filosofía que no sirve para nada.

Es como estudiar un libro sobre comida en el que se habla sobre las verduras, pero no se explica cómo preparar las recetas. Ese libro no sirve para nada porque, si usted está muerto de hambre, el libro no le dice cómo cocinar las recetas. Hay gente que en sus cocinas tienen todas las verduras y especias, pero no saben cocinar nada. ¿Para qué tienen todo eso si no hacen nada?

Entonces, es la práctica lo que tiene valor. Si un filósofo elabora una filosofía usando palabras grandes y bellas, pero ésta no tiene una técnica que la acompañe, lo que hace es perder su tiempo pues no llegará a ningún lado. En cambio, la Filosofía Yoga tiene ambos aspectos: la teoría y la práctica.

La Filosofía Yoga dice: “hay que hacer la práctica antes que puedas comprender la teoría”, y esta técnica del MYM es una práctica que cualquier persona puede hacer, no importa su ideología, no importa su forma de ser. En esta práctica las personas preservan su libertad y lo que nosotros queremos hacer es ayudarlas a aplicar la meditación para que sus vidas comiencen un proceso de cambio y transformación.

La técnica del MYM se enseña en el Centro Yoga, pero depende de lo que usted quiere, porque es usted quien tiene que sentir la necesidad de cambiar. Si usted no siente esa necesidad, no lo podemos forzar. Usted es una persona libre, lleva las riendas de su vida y es quien seguirá con sus problemas. Pero si usted ve la necesidad de cambiar, eso es muy bueno.

Usted puede hacer cantidad de esfuerzos por alcanzar el éxito, y no lograrlo. Eso podría ser suficiente para que usted piense que tiene que hacer algo para superarse. Y si usted no quiere superarse, quizás es porque le gusta el sufrimiento más que la felicidad. Cuando el individuo prefiere eso, ¿para qué sigue? Porque va a sufrir y ese sufrimiento no va a ser mío, será asunto suyo.

Por eso tenemos que pensar, discernir. Para trabajar su superación usted no tiene que cambiar su religión, o su fe, no tiene que cambiar su manera de vivir ni su forma de trabajar. Usted continúa con la misma forma de pensamiento que tiene ahora, pues eso es lo mejor para usted. Claro que ese es su nivel de inteligencia actual, no puede pensar algo más pues eso es lo que lleva dentro. Si usted no hace nada para activar otro nivel de inteligencia, para saber su capacidad, entonces se queda ahí.

Pero cuando se empieza la técnica del MYM, se comienza a activar la mente. Se comienza a tener una profundidad más despejada, y en ese momento uno se vuelve responsable de su propio desarrollo. Nadie puede ayudarlo, sólo usted mismo. Es usted, como individuo, quien tiene que sentir la responsabilidad de hacer algo por su superación. Ni su padre, ni su madre, ni su hermana, nadie. Porque si usted tiene hambre, por ejemplo, no llama a su hija para decirle “María Elena, come por mí porque yo estoy cansado”, o “tengo hambre, pero estoy cansado para comer”. ¿Se entiende? Pues si usted hace eso, ya verá cómo su hambre se manifestará.

Por esa razón nosotros mismos debemos trabajar nuestras limitaciones. El desarrollo espiritual es algo que nadie puede alcanzar por usted, es un asunto que sólo usted lograr por usted mismo. Esta técnica del MYM es una práctica de carácter individual, particular y privado, porque cada persona es diferente.

En un hogar donde hay cuatro hermanos, por ejemplo, se nota que son diferentes entre sí, que cada uno tiene una manera de pensar, de actuar, de ser, diferente. Aún desde pequeños se puede observar la personalidad de cada cual. A veces, por ignorancia, los padres quieren que un niño de 5 ó 10 años actúe como una persona de 35 ó 40 años. Esa actitud puede causar problemas y, en ocasiones, es la causa de una conducta delincuencial posterior. También puede volver al propio hijo contra el padre o la madre. Es frecuente ver padres o abuelos que se quejan porque no saben qué pasa con un hijo o nieto, pues éste es indisciplinado y malcriado. En esos casos cabe preguntar quién es el responsable de la conducta del retoño, ¿el vecino? No, son los propios padres quienes no saben entrenar a los hijos y por eso el comportamiento del hijo que se enoja y golpea a su madre.

En muchos hogares los niños hacen cosas que no agradan a los padres, pero eso es natural pues están en una edad en la que la materia no tiene ningún valor. La materia tiene valor para los viejos, pero un niño no sabe la diferencia entre un vaso de vidrio o cristal. Y si rompe el vaso de cristal, o el de vidrio, el padre, que sabe que el vaso de vidrio cuesta $20 y el de cristal cuesta $60, le pega al niño para corregirlo. Y así empieza el niño a ponerse en contra del padre, cuando lo que necesita es compresión, necesita una explicación y, sobre todo, amor, no ira, ni fuerza.

Se observa entonces que a veces no hay armonía entre los padres. Personas de 50 años que deberían comprenderse el uno al otro y, sin embargo, viven peleando como perros y gatos. Son profesionales preparados, pero no tienen armonía en sus casas.
¿Cuál es la razón? Si esos son los adultos, ¿qué se puede esperar de un niño de 4 ó 5 años? En ese sentido los niños son superiores a los adultos, porque no guardan rencor ni envidia. Los niños de 7 y 8 años se pelean, pero al rato están brincando, jugando juntos y son amigos de nuevo.

Ese ejemplo no se encuentra entre las personas mayores. A veces los adultos se pelean y pasan toda una vida sin reconciliarse. ¿Cómo se puede salir de ese estado de incomprensión?

El MYM proporciona las herramientas para desarrollar más compresión. Una misma persona, con el tiempo, cambia, se hace más compresiva. Cuando se establece ese cambio dentro del individuo aparece la armonía y, al mismo tiempo, la envidia y el rencor guardado desaparecen y se establece la armonía en su casa.

Antes de alcanzar ese estado, la gente finge, sonríe, pero no con una sonrisa verdadera. ¿Quién engaña a quién? Hay que investigar, ver las cosas como deben ser. Si no estamos dispuestos a hacer algo para cambiar nuestra forma de ser, ¿qué sucederá?

Es por eso que la Filosofía Yoga indica claramente que la responsabilidad es individual, que cada quien es libre de actuar y que cada acción tiene una reacción. Usted es la causa de su propio sufrimiento, o de su felicidad. Si usted actúa de forma negativa, será pagado con negatividad. Lo mismo si actúa de forma positiva. Debemos comprender que somos los responsables de nuestro sufrimiento y proponernos, en lo adelante, tener más cuidado con nuestros pensamientos y palabras.

La práctica del MYM produce un desarrollo positivo en el individuo y su vida cambia con la integración que trae el desarrollo de la espiritualidad. La persona se libera del estado de hipnosis que produce la materia, permanece liberado y continua su vida con una perspectiva diferente.

La práctica del MYM no falla, sea que usted crea, o no. No importa. Haga su práctica y logrará el desarrollo, aunque usted no sepa leer. No importa. Tampoco tiene que cambiar su religión, pues no enseñamos una religión. No tenemos interés en convertirlo de una religión a otra, ese no es nuestro propósito pues sería una pérdida de tiempo. Lo que la gente necesita es más inteligencia, más conocimientos para entender lo que creen que es mejor para ellos mismos. Nuestro interés es aumentar su inteligencia para que usted tenga más éxito en su vida.

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