Swami Gurú Devanand Saraswati Ji Maharaj

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Conferencia sobre qué es el magnetismo

El Mantra Yoga Meditación (MYM) es una rama de la Filosofía Yoga, y la Filosofía Yoga es una filosofía milenaria. Tanto su teoría, como su técnica, están establecidas desde hace cientos de miles de años.

Los seres humanos siempre hemos tenido una gran inquietud por superarnos y desde que nació la humanidad en esta bella tierra el ser humano ha hecho todo lo que está dentro de sus posibilidades para superarse y llegar a la perfección de la vida, como cada uno de nosotros merece. Pero a lo largo de la historia muy poca gente ha logrado esa perfección.

Muchas preocupaciones, muchas tensiones y nerviosismo permanecen en nuestro ambiente y eso es algo que mantiene la mente de las personas nublada. Al tener la mente nublada no podemos ver, ni discernir, lo que queremos en nuestras vidas. Por esa razón, es de suma importancia que cada uno de nosotros empiece una disciplina para desarrollarnos hacia la perfección, como debe ser.

Los científicos de las mejores universidades de todo el mundo están de acuerdo en que los hombres sólo utilizan el 12% de su capacidad mental. En universidades como Harvard, Oxford, Yale, Cambridge y otras, más personas coinciden con ese resultado. Eso quiere decir que el 88% de nuestra capacidad mental está latente y si no sabemos qué hacer para lograr su desarrollo, no podremos obtener el éxito que merecemos en nuestras vidas.

Diferentes investigadores universitarios conocen la gran capacidad latente de nuestra mente, pero todavía no saben lo que hay que hacer para desarrollarla. Los sistemas de educación modernos tampoco indican qué hay que hacer para activar ese 88% latente.

En conclusión, si la ciencia y la educación modernas, con toda su buena intención, no saben qué hacer para desarrollar ese potencial latente, debemos buscar nosotros mismos la solución. Veamos lo que la Filosofía Yoga ofrece para lograr ese desarrollo en nuestra vida cotidiana.

Sabemos bien que el propósito de una filosofía es ayudar al hombre a llegar a la perfección. Tenemos varios sistemas filosóficos entre los cuales está el Sistema Monista, que es el que propone que existe una sola realidad absoluta. Está además el Sistema Dualista, que propone que hay más de una realidad  absoluta, pero después de su análisis y aplicación, encontramos que no satisface al ser humano a plenitud en su explicación de la vida.

Sabemos que la filosofía es la madre de las materias y que los demás conocimientos son ramas del tronco principal, que es la filosofía. Tanto la teoría como la práctica deben satisfacer la búsqueda espiritual del ser humano en el mundo moderno, y a la vez soportar las ácidas pruebas del raciocinio.

La filosofía tiene que explicar y justificar todas las experiencias que el individuo puede vivir en los estados de vigilia, de sueño y el estado místico de la meditación. También debe explicar el estado de iluminación, que es la gran inquietud del ser humano. Si la filosofía no puede dar esas explicaciones y justificaciones, quedan muchas dudas y cuando hay dudas en nuestra mente éstas se manifiestan como inseguridad, la inseguridad se manifiesta como frustración y la frustración como violencia.

Si queremos quitar la violencia del ser humano, entonces debemos quitar primero la frustración, y para quitar la frustración necesitamos desarrollar el potencial latente.

Los sistemas filosóficos son pura teoría y aunque la teoría tiene su valor, no llena los requisitos del ser humano. Hay filosofías occidentales como las de Kant, Hegel, Espinosa, Jean Paul Sartre y otros nombres, pero al finalizar su estudio nos quedamos en el aire porque esos sistemas sólo abarcan la teoría, no tienen la práctica.

Una filosofía que no tiene la práctica no es una filosofía integrada, porque la práctica es muy importante.

La Filosofía Yoga es una filosofía que tiene teoría y práctica, además de técnicas que se pueden aplicar en la vida diaria para lograr la integración y llevar una vida mejor en todos los aspectos. Analicemos ahora cómo la Filosofía Yoga puede ayudarnos, como individuos, a llegar a la integración de nuestra vida cotidiana.

Tenemos un cuerpo físico. Muchas personas piensan que ese cuerpo físico es la realidad, insisten en que no existe nada fuera del cuerpo físico. Analicemos:

Si el cuerpo físico fuese la realidad y el significado de la palabra realidad fuese el absoluto, se entendería entonces que la realidad no debería variar bajo ninguna condición en el tiempo. A través de este análisis queremos explicar por qué cuando el individuo muere el cuerpo físico pasa a llamarse cadáver. O
lo que es igual, por qué al cuerpo físico a veces se le llama cuerpo y otras veces se le llama cadáver.

El cuerpo físico tiene algo de inteligencia y cuando la inteligencia está dentro del cuerpo físico se manifiesta, así el individuo puede caminar, saltar, comer, hablar, estudiar. Pero cuando esa inteligencia abandona el cuerpo físico éste se convierte en cadáver, no sirve para nada. Ahora bien, podemos investigar más a fondo en qué consiste esa inteligencia y cómo funciona.

¿Es el cuerpo físico lo que nosotros amamos? Supongamos el  caso de un joven y su novia, preciosa, muy bonita, que piensan que están enamorados el uno del otro. Si el novio muere, en ese  momento su cuerpo físico deja de estar animado y su novia, que estaba enamorada de él, cuando vea el cadáver sobre la mesa lo mirará con miedo, ella tendrá miedo de tocar el cadáver y si por casualidad ese cadáver se levantara, saldría corriendo de ahí como un cohete.

La pregunta sería ¿por qué ella tiene miedo del cadáver? O más bien, ¿estaba ella enamorada del cuerpo físico, o de otra cosa? Si estaba enamorada del cuerpo físico, debía abrazar y besar el cadáver, pero ella siente miedo del cadáver aunque el cadáver es indefenso, no puede levantar ni un dedo. Sin embargo, la gente no tiene miedo al cuerpo físico que tiene vida, que puede levantar un palo para matar a alguien, que puede tomar una pistola y halar del gatillo para matar una persona. Pero al cadáver, que no puede levantarse, se le tiene miedo. A través de este análisis se puede decir que las personas no se enamoran del cuerpo físico, sino de otra cosa que no es el cuerpo físico.

Observamos que cuando un médico declara muerto a alguien, inmediatamente la familia hace los preparativos para enterrar ese cuerpo físico a dos metros bajo tierra. ¿Es ese el gran amor que las personas tienen a su prójimo, a su familia, a sus hijos? No debía ser. Seguro que la persona no estaba enamorada del cuerpo físico. Sigue la investigación.

Para que el cuerpo físico funcione necesita una mente. Esa mente tiene la facultad de pensar, pero hay individuos que no pueden siquiera tomar una decisión sencilla. ¿Qué piensa la gente de ellos? ¿Que esas personas son irresponsables? Y si ese problema se agrava nadie les querrá dar trabajo porque no podrán tomar decisiones sencillas y si la situación se vuelve más grave los amigos empezarán a abandonarlos, y si esas personas se vuelven locas hasta sus propios padres las llevarían al manicomio. O viceversa, los hijos llevarían a sus padres al manicomio. No debía ser. Ese es el propósito del cariño que debe existir en el hogar. Ahora nos damos cuenta que necesitamos el intelecto.

El intelecto es la facultad del discernimiento, es decir que nuestra mente piensa, pero no decide; nuestro intelecto decide, pero no piensa.

Continuamos la investigación y observamos que en el hospital siquiátrico hay muchachas con cuerpos hermosos, muy bonitas, pero ningún muchacho quiere casarse con ellas aunque tienen un cuerpo físico precioso. Ni al más feo le gustaría casarse con ellas. Igualmente hay muchachos jóvenes y bellos, pero ninguna muchacha se casaría con ellos. Lo que quiere decir que la belleza no es solamente física. Deducimos entonces la belleza es algo más profundo, que aunque nosotros no podamos verla con nuestros ojos físicos, existe y escapa a la vista física.

Seguimos la investigación y notamos que la única diferencia entre una persona loca y una persona sana es la capacidad de discernimiento. Ambas piensan, pero la diferencia está en tomar decisiones de forma sistemática y progresiva. La persona normal es capaz de discernir, decidir y pensar.

La influencia de la educación moderna llega tan sólo a nivel intelectual, lo que es importante, pero sabemos que existen personas con problemas que, con toda su preparación intelectual, no pueden solucionar. Esos problemas tienen su causa en un plano más allá del intelecto, en la personalidad.
La personalidad es donde existe el individuo, donde radica el carácter. Por ejemplo, la ira, el cariño, el amor, la tristeza, la envidia. Hay cualidades de nuestra personalidad que no nos gustan y hacemos esfuerzos intelectuales para cambiarlas, pero sin éxito.

En nuestra sociedad hay personas, profesionales universitarios, académicos, que a pesar de toda su preparación universitaria sienten envidia, ira y otras cualidades negativas que no debían existir en una persona de su nivel. Y sucede así porque nuestro intelecto tiene un límite de funcionamiento. Esos problemas están arraigados en un nivel al que el intelecto no llega, por lo que la preparación intelectual no puede resolverlos.

El desarrollo intelectual puede ayudar al hombre en el campo material, por ejemplo en la economía. Eso tiene valor, no tenemos nada en contra de la comodidad material, pero aunque tiene valor no asegura que con eso el individuo puede alcanzar la felicidad absoluta.

Conocemos personas económicamente bien establecidas, ricas, sus casas son palacios, tienen mucho dinero en el banco y equipos electrónicos en la casa, pero no comen bien. A veces en las casas de las familias adineradas las cocineras comen mejor que los patrones. Como los patrones tienen tensiones, preocupaciones, muchas cosas que hacer y enfermedades físicas, no comen como debe ser.

La educación moderna tiene su valor, que no podemos negar, pero no soluciona los problemas existenciales de las personas porque ellas no pueden resolverlos intelectualmente. Por esa razón volvemos a mencionar que los mejores investigadores de las mejores universidades dicen que sólo utilizamos el 12% de nuestra capacidad mental y que no utilizamos el 88% de nuestro potencial. Y en ese 88% están los problemas de personalidad que el desarrollo intelectual no puede solucionar.

En el mundo actual tenemos más profesionales que nunca y recordemos que entre 1914 y 1918 tuvimos la Primera Guerra Mundial. En esa época no había tantas universidades ni profesionales y la Primera Guerra Mundial cobró muchas vidas y dejó mucha destrucción. Al cabo de más o menos 20 años surgió la Segunda Guerra Mundial. Teníamos más universidades y más profesionales, pero la Segunda Guerra Mundial fue peor que la Primera en cuanto a destrucción y pérdidas de vidas. Observe que ha aumentado la cantidad de profesionales académicos, pero la situación de nuestro mundo es peor, ¿qué está pasando?

La educación moderna no soluciona el problema de la humanidad y ojalá no empiece una tercera guerra mundial porque acabaría con todos ya que tenemos suficientes armas atómicas y nucleares para volar nuestro planeta más de cien veces.

En la actualidad nuestro problema es que no podemos solucionar los conflictos nacionales ni internacionales. Hay problemas de toda clase en el mundo, revoluciones, terrorismo, matanzas; pero, sin embargo, tenemos más intelectuales. ¿Cuál, entonces, es el propósito de la educación moderna si, a pesar de ella, el hombre tiene más problemas económicos, culturales y sociales? ¿Qué está pasando?

El propósito de la educación moderna debía ser enseñar al hombre a ser sano, sincero, honrado, pero eso no ocurre porque la mayoría de los ladrones son profesionales: abogados, ingenieros, arquitectos que no roban poco, sino miles y millones de pesos. ¿Es ese el propósito de la educación moderna?
Piénselo bien.

Aunque la educación moderna tiene su valor en lo que se refiere a enseñar al individuo a escribir, leer y sumar, carece de la profundidad necesaria para ayudar al individuo a transformar su personalidad. ¿Dónde radica el problema principal? Bueno, que tenemos profesionales que representan a la sociedad, que cuando llegan a sus oficinas son “don fulano”, o “el doctor”, pero cuando llegan a sus casas se enojan y golpean a sus mujeres. ¿Es ese el propósito de la inteligencia? ¿Es ese el propósito de la educación? ¿Qué está pasando?

Los profesionales no pueden controlar sus estados emocionales porque su preparación intelectual no puede frenar esos actos. Ahí es donde está la limitación de la educación moderna. No quiere eso decir que la educación moderna no sirve para nada, en ningún momento. Esta tiene su valor y ayuda, pero no llega al aspecto que más necesitamos cambiar. Por esa razón tenemos sentimientos de frustración, de tristeza, de depresión y quién sabe de qué más, de los cuales podemos salir.

La otra cosa es la economía. La gente piensa que al mejorar su economía la vida mejorará para ellos, y aunque no estoy en contra del desarrollo de la economía observemos, por ejemplo, una ciudad de cualquier país del mundo que era más pequeña hace 12 años. Había menos dinero circulando, pero la delincuencia era menor, los robos ocurrían de vez en cuando y casi no había crimen. Ahora esa ciudad ha crecido enormemente, hay millones de pesos en circulación, pero también ha aumentado la delincuencia, el robo, el crimen. Entonces eso demuestra que el desarrollo económico no resuelve los problemas sociales y económicos de nuestras ciudades y nuestra gente. ¿Qué debemos hacer?

A veces las personas se encuentran en un estado de frustración y se preguntan ¿qué voy a hacer Dios mío para cambiar mi manera de ser? No saben qué es lo que hay que hacer. Sucede que nuestros problemas están en el campo de la personalidad y nuestro desarrollo intelectual no funciona en ese campo.

Tenemos la psicología moderna, la psiquiatría y el psicoanálisis, que son procesos que de forma sistemática tratan de ayudar al individuo, pero los resultados no son buenos. Vemos también personas en que llevan tratamientos durante años, pero continúan en una situación difícil y negativa. Hay que investigar el problema y descubrir qué hacer para solucionarlo. Se ha tratado hasta lo imposible de lograr métodos efectivos, pero la solución no se ve. La razón es que el intelecto no tiene la sutileza suficiente para activar esa parte de la personalidad donde está el problema.

Como la Filosofía Yoga es milenaria, ofrece métodos y técnicas para ayudar al individuo a activar la personalidad y lograr su transformación, pero esa transformación no es posible a nivel intelectual.

Si fuera posible que el individuo transformara su personalidad con el intelecto, el mundo sería un paraíso porque existen cientos de millones de intelectuales. La pregunta a investigar sería: ¿por qué, con todo el desarrollo intelectual que tenemos, los problemas no mejoran sino que empeoran? Cada uno de
nosotros quiere salir de sus problemas, pero no sabemos qué hacer y seguimos dando vueltas.

El propósito de la Filosofía Yoga a través del MYM es ayudar al individuo a activar los niveles de conciencia, ese 88% de nuestra capacidad que está latente. Y saber cómo activar esa área de modo que la inconsciencia baje y la conciencia suba, es el propósito.

A través de la práctica del MYM comenzamos un proceso sistemático para activar los niveles inactivos en el campo relativo, para salir de la relatividad y entrar en el campo del absoluto, que es la fuente de la existencia.

Una vez que entramos en contacto con nuestra fuente, descubrimos la fuente de la sabiduría, del amor, de la felicidad y de la paz. Automáticamente esas cualidades empiezan a manifestarse en la personalidad. De esa forma empieza el cambio, o la transformación de la personalidad, a través de su purificación. Después llega la purificación del intelecto y la capacidad de discernir comienza a mejorar. Luego viene la purificación de la mente: ésta empieza a funcionar mejor y el cuerpo, en consecuencia, empieza a ser más saludable. Como resultado, ocurre la integración del triple aspecto de nuestra personalidad: espiritual, mental y física.

Al continuar la purificación de la personalidad, la cólera y la envidia desaparecen y empezamos a desarrollar mejores cualidades: más paz, más tranquilidad y ahí comienza el desarrollo del magnetismo. El magnetismo es un factor muy importante en la vida del individuo y sabemos que hay personas que tienen preparación profesional, pero no tienen magnetismo.

Cuando las personas no tienen magnetismo es porque se sienten frustradas porque no tienen éxito. El magnetismo es la fuerza que atrae y en esta sociedad poca gente tiene ese aspecto desarrollado, por esa razón poca gente tiene éxito. Por ejemplo, hay muchachas muy bonitas que no tienen novio, y hay muchachas feas que sí tienen su novio, ¿qué pasa? Es que aunque las muchachas se vean feas físicamente, por dentro tienen magnetismo, por esa razón tienen, éxito.

Los carros están hechos de un material completamente diferente al material del que está hecho el chofer. De esa misma forma, el cuerpo físico está construido de una materia completamente diferente a la de la inteligencia; por eso, mientras la inteligencia esté dentro de un cuerpo, utiliza ese cuerpo.

El cuerpo físico es el instrumento de la inteligencia y si no sabemos mantener ese instrumento sano, limpio y puro, ¿cómo puede la inteligencia manifestarse con pureza?

Esa es la gran ventaja de la práctica del MYM, que el individuo comienza un proceso de desintoxicación física, mental y espiritual. Al cabo de dos sesiones de iniciada la práctica de la meditación se empieza a tener beneficios tales como paz, tranquilidad, armonía, mejor sueño, mejor capacidad de trabajo, las enfermedades sicosomáticas desaparecen, mejora la concentración, la memoria y hay más confianza y seguridad en sí mismo, lo que es imprescindible para el ser humano integrado.

Si usted no tiene auto confianza, ¿a dónde va a parar? Por eso enseñamos esta bella técnica del MYM, que se puede aprender desde los 7 años en adelante. Y se logran beneficios, ya sea que usted lo crea o no. Esa es la belleza de una filosofía que no sólo tiene la teoría, sino también prácticas y técnicas que aumentan la inteligencia y la capacidad mental, para así obtener el éxito como seres humanos.

El magnetismo es una fuerza de atracción, aunque no se vea la fuerza se siente. Por ejemplo, tomemos un imán que no es más que un pedazo de metal que tiene la cualidad de atraer, tiene magnetismo. Sabemos que si se utiliza mucho ese imán, éste pierde su potencia después de un tiempo y entonces hay que recargarlo. Si una persona pierde esa capacidad y no sabe cómo recargar su personalidad, automáticamente pierde el magnetismo y los demás empiezan a alejarse de ella, parecería que nadie la quiere. Pero si conoce una técnica para recargar y regenerar ese imán, automáticamente empieza a ser nuevamente
feliz porque la soledad desaparece, porque empieza a rodearse de personas que llevan una vida positiva. Adquiere nuevamente una fuerza que no se ve, pero que se manifiesta.

El magnetismo es lo que verdaderamente llama la atención de los demás, no el vestido, ni el cuerpo. Es la inteligencia, el desarrollo. Hay que saber cómo desarrollar esa cualidad para eliminar de nuestras vidas la soledad, la depresión y las enfermedades.

El propósito del ser humano es vivir a plenitud, lleno de paz, armonía y felicidad. En el matrimonio, por ejemplo, cuando el hombre o la mujer pierden esa cualidad el matrimonio comienza a fallar, y de ahí viene la separación.

El magnetismo se manifiesta a través del desarrollo espiritual, en la vida del individuo. Lo importante es saber qué hay que hacer para lograr el desarrollo espiritual.

Y ese desarrollo espiritual es la única forma de cambiar la sociedad. Primero debemos cambiar nosotros mismos, porque si no hay cambio en nosotros no podemos cambiar la sociedad.

A través de la técnica del MYM automáticamente comenzamos a transformar nuestra personalidad y a desarrollar del magnetismo. Por eso la atracción que una persona ejerce viene de adentro.

La verdadera belleza del individuo no es física, ni mental, ni intelectual, sino que está adentro, en el desarrollo espiritual, y eso es lo que la gente percibe.

El ser humano busca la felicidad porque la felicidad es la naturaleza del ser humano, es su esencia. La felicidad no se busca fuera de nosotros, sino adentro. Fuera sólo encontramos gotas de felicidad y eso no nos satisface.

Queremos la felicidad plena y ésa está dentro de nosotros, por eso el individuo busca la sabiduría, porque queremos ser perfectos, buscamos la perfección porque esa es nuestra esencia.

Si el sufrimiento fuera la esencia del ser humano, la gente sería súper feliz con el sufrimiento, pero a nadie le gusta. Sufrimos por nuestra ignorancia. Y si no sabemos salir de nuestra ignorancia, jamás saldremos de nuestros problemas.

La Filosofía Yoga, con sus enseñanzas milenarias y sus técnicas tan precisas como el MYM, puede transformar a cualquier persona, no importa su raza, credo o religión. Enseñamos esta bella técnica del MYM para que las personas puedan aplicarla en sus vidas, para que tengan éxito siempre.

Practicar la Yoga puede ayudarnos en la vida cotidiana. Es algo tan profundo, tan preciso, que hemos iniciado a cientos de miles de personas. Muchos se mantienen meditando y todos logran beneficios. Esos beneficios dependen de su nivel de compromiso con la práctica. Cuando el individuo empieza a meditar y cumple con las indicaciones para el tratamiento del cuerpo físico, el aspecto mental inmediatamente cambia.

Cuando las personas alcanzan la integración física, mental y espiritual, todo su sistema evoluciona y aparece la luz de la sabiduría, que es el proceso de iluminación según la Filosofía Yoga. Cuando se comienza a desarrollar la sabiduría se comprende mejor la religión, así como las demás ramas del conocimiento.

Todos los conocimientos salen de la misma fuente, por eso todos buscamos la sabiduría porque es la esencia del ser humano. Y cuando se llega a esa altura, se habla de un ser humano realizado.

En principio, las personas estaban confusas, perdidas, dando vueltas; el dinero controlaba a las personas, no las personas al dinero. Muchos de los problemas sociales ocurren porque las personas tratan de solucionar sus problemas superficialmente y de esa manera nunca tienen éxito.

Debemos investigar, debemos tener más profundidad, tener mayor capacidad de discernimiento para saber lo que nos conviene, y lograr la sabiduría. Cuando el individuo alcanza la sabiduría, esa luz empieza a manifestarse, comienza a tener éxito espiritual, mental, física y económicamente.

Tenemos la experiencia de que todas las personas que meditan su vida económica también mejora. Eso es natural porque hay tranquilidad, paz, amor y cuando la luz de la sabiduría empieza a manifestarse, el éxito es grande en el campo de la materia. Hay comerciantes que después de la meditación son mejores comerciantes, ganan más que otros. Por eso el MYM es una enseñanza práctica que podemos aplicar en nuestra vida cotidiana, para alcanzar la integración y la sabiduría, que es el propósito de nuestras vidas. Y si no podemos llegar a ese nivel, hemos fracasado.

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