En el mundo existe un mito sobre el hambre que es aceptado globalmente: Este mito dice que el mundo no tiene la suficiente capacidad para alimentar a toda la gente. Dicen los que promulgan esta idea, que “no hay suficiente para todos, El hambre de la masa se multiplica igualmente de rápido, y si vamos a evitar un desastre se necesita un esfuerzo concentrado y vigoroso para controlar la población”.
Sin embargo, un grupo grande de científicos reconocidos, economistas y expertos en agricultura han comenzado a expresar su fuerte desacuerdo con este punto de vista. Es un mito, hay suficiente comida para todos. Cualquier escasez se debe al desperdicio de los recursos y su irracional distribución”.
De acuerdo con Buckminsler Fuller, hay suficiente recursos actualmente para alimentar, vestir, dar vivienda y educación a toda persona que viva en el planeta con estándares norteamericanos. Investigaciones hechas por el Instituto de “Food and Development Policy” ha demostrado que no hay país en el mundo en el cual la gente no pueda alimentarse con sus propios recursos. No hay ninguna correlación entre la densidad de tierra y el hambre afirman estos científicos.
La India se cita normalmente como el ejemplo clásico de lo que pasa cuando existe una sobrepoblación. Sin embargo, en china, que tiene dos veces la cantidad de personas por cada acre cultivada, la gente no padece hambre. Bangladesh sólo tiene la mitad de la gente por acre cultivada de la que tiene Taiwan; sin embargo, Taiwan no tiene los niveles de hambre que tiene Bangladesh que es uno de los índices más altos de hambre en el mundo.
El mundo puede llegar a un límite para poder soportar un crecimiento poblacional. pero este límite es estimado en 40 billones y en este momento estamos alrededor de 8 billones. Hoy en día, más de la mitad de la humanidad está hambrienta todo el tiempo, surge entonces la pregunta. Si hay suficiente para todos, ¿dónde está?
Demos una mirada a ver quién controla la comida y cómo ésta está controlada. La industria de la comida es quizás una de las más grandes en el mundo. Se habla de 150 billones de dólares al año, lo que la hace más grande que la industria del automóvil, del hierro y del petróleo.
Unas pocas corporaciones multinacionales gigantescas dominan la industria; la concentración de poder es su razón de ser. Se ha comprobado y se ha documentado muy bien que las corporaciones gigantescas ejercen también un extenso control político, lo que quiere decir que unas pocas corporaciones están en la posición de regular y controlar el flujo de la comida a millones de personas.
¿Cómo es esto posible?
Uno de los modos en que éstas multinacionales pueden controlar el mercado es tomándose gradualmente los eslabones de la cadena del sistema de producción industrial. Por ejemplo, una corporación produce la maquinaria para las fincas, los fertilizantes, el combustible, los contenedores de las comidas, pero a la vez es dueña de cadenas de supermercados, de negocios mayoristas, de las plantas procesadoras, además de cultivar la comida que consumirá.
Un pequeño campesino no puede competir con estos monstruos porque las corporaciones pueden artificialmente bajar los precios para neutralizar la competencia y hacer quebrar al pequeño campesino. Después recobra la pérdida producida por ésta estrategia, aumentando los precios allí donde ha sacado fuera de circulación a los campesinos pequeños.
Es así como podemos ver que después de la Segunda Guerra Mundial el número de fincas en los Estados Unidos se ha reducido a mucho más de la mitad; muchos campesinos independientes dejan sus fincas cada año. Para contradecir esta realidad el Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha hecho un estudio que demuestra que los pequeños campesinos independientes pueden producir alimentos mucho más baratos y hacerlo más eficientemente que los grandes industriales de la agricultura.
Fuerza Económica Bruta
En los Estados Unidos, por ejemplo, menos de un décimo de un 1% de todas las corporaciones son dueñas del más del 50% de toda la riqueza corporativa. El 90% de toda la riqueza corporativa. El 90% de todo el grano que se vende en el mercado es controlado por unas 6 compañías.
Poder de decisión de estas corporaciones
Las corporaciones de agricultores deciden cuáles son los tipos de alimentos que se van a producir, cuántos, de qué calidad y a qué precio se han de vender. Ellos tienen el poder para retener la producción, demorarla o para almacenar en cantidades gigantescas lo producido y de esta manera crear una escasez artificial que es usada como un mecanismo para elevar precios.
Las agencias gubernamentales que se suponen sirven para regular estos conflictos están en sí mismas dominadas por las políticas de los negociantes de la agricultura. Posiciones muy altas en el gobierno (Secretaria de Agricultura, etc.) están regularmente administradas por ejecutivos corporativos del negocio de la agricultura.
Exito corporativo
Los gigantes multinacionales han sido muy exitosos en lograr sus metas de rnaximizar las ganancias y amasar una gran riqueza. La regla general es el aumentar los precios tanto como sea posible mientras mantienen la producción al mínimo necesario lo que le permite mantener un nivel rentable de los mismos productos. Así, a corto plazo, los precios fluctúan mucho, mientras que a largo plazo aumentan sólo regularmente.
Las multinacionales
Compran sin cesar más y más tierra. Un estudio en 83 países reveló que solamente el 3% de los que son terratenientes controlan el 80% de toda la tierra cultivable. Aunque este patrón ha logrado grandes ganancias para unos pocos, lo que sí ha sido cierto es que ha sido en gran detrimento para muchos.
No hay realmente “escasez de tierra” o “escasez de alimentos” en la actualidad. Si la meta fuese la utilización de los recursos del mundo para responder a las necesidades de la humanidad esta meta sería fácilmente lograble y factible.
Sin embargo, con una meta de maximización de ganancias sólo para unos pocos, tenemos entonces la historia trágica de un planeta que tiene la mitad de su gente muriéndose de hambre.
La aspiración a ser rico mediante la explotación de los otros es un mal mental, una enfermedad que lleva a todo tipo de distorsión del manejo de nuestro verdadero patrimonio: La riqueza de nuestro planeta.
En Centroamérica, donde un 70% de los niños tienen hambre, el 50% de la tierra está utilizada para cultivos de “moneda rápida” (estos son productos como las flores que dan una ganancia muy rápida y grande pero que tienen poco valor para sobrevivencia humana).
Mientras las corporaciones multinacionales utilizan la tierra para cultivar este tipo de productos de ganancia rápida (café, té, tabaco y alimentos exóticos), la gente sencilla esta forzada a utilizar las laderas y las tierras erosionadas en donde es muy difícil el poder cultivar alimentos.
Fondos para el desarrollo han irrigado el desierto de Senegal de manera que las firmas multinacionales pueden en este momento cultivar berenjenas y otros manjares para las mesas de Europa.
En Haití, la mayoría de los campesinos que son extremadamente pobres, luchan para sobrevivir tratando de cultivar en las laderas de las montañas con pendientes de 45” o más. Ellos se autodenominan como exiliados de un derecho de nacimiento y despojados de las tierras más ricas que sirven para el cultivo. Estas tierras ahora pertenecen a una élite. Ganado que es (traído desde los Estados Unidos para crecer y alimentarse en estas ricas tierras después son reexportados como carne de hamburguesas para los Estados Unidos.
En México, en la tierra que una vez fue usada para cultivar maíz para los mexicanos, ahora es utilizada para la producción de vegetales exóticos para las mesas de los norteamericanos; las ganancias de estos cultivos son del 20% mayor que la ganancia producida por otros granos. Cientos de miles de campesinos se encuentran hoy en día sin tierra.
Al no poder competir con los grandes terratenientes, primero arriendan su tierra para tratar de hacer alguna ganancia monetaria; y después pasan a ser asalariados de las grandes firmas, y finalmente, terminan trabajando como campesinos migratorios yéndose de un lado a otro buscando trabajo que les permita sobrevivir con sus familias. Estas condiciones producen repetidas olas de rebeliones de estos campesinos.
En 1975 la mejor tierra de Colombia fue usada para producir 18 millones de dólares de flores. Los claveles dieron 80 veces más ganancia que el cultivo que fue reemplazado: la cebada.
¿Podemos repetirnos de nuevo la pregunta? ¿Hay suficiente alimento para todos?
No se puede aceptar una respuesta negativa. La mejor tierra hoy en día se está utilizando para cultivar productos de lujo con la sola finalidad de obtener una mayor ganancia. A través del mundo encontramos que hay el mismo patrón consistente y omnipresente.
Hoy en día esa misma tierra se ha convertido en sitios de producción de mucho rendimiento económico, pero de productos no esenciales para una minoría que puede pagar por ellos. Contrario a los mitos expandidos, nuestra seguridad de alimentos no está amenazada por las masas hambrientas, ni por su cantidad, sino por las élites que le saca ganancia a la concentración y a la internacionalización del control de los alimentos.
La producción de la carne es el epitome de este sistema omnipresente. “El grano del pobre está mal utilizado para alimentar la vaca del rico”, decía el director del Grupo de Estudio Proteico de las Naciones Unidas.
Mientras aumenta la demanda de carne, las naciones ricas compran cada vez más y más granos para alimentar a los cerdos y al ganado. Los granos, que un tiempo atrás eran utilizados para alimentar a la gente, actualmente son vendidos al mejor postor e innumerables personas son electivamente condenadas al hambre. “Los ricos pueden competir por la comida del pobre, mientras que los pobres no pueden competir siquiera”.
El libro “Una Nota Final para los Consumidores de John Powell” de “Action for Food Education” decía, “El precio de la comida probablemente seguirá subiendo, a pesar de que los granos han bajado un 50% desde 1973, hecho que no se ha reflejado en la lista de precios de los consumidores.
Pero al indagar el porqué de las razones de este aumento, no se debe mirar solamente a los árabes y el precio del petróleo, ni al aumento de la población del tercer mundo. Se debe estudiar las corporaciones multinacionales que controlan la industria de la comida con la “ayuda” de sus amigos en el gobierno. Y recuerden, ellos están en el negocio de hacer dinero no de alimentar personas. Mientras nosotros intentamos explotar estos mitos, recordemos que no estamos huérfanos y sin ayuda.
Aunque las dificultades que enfrenta la humanidad parecen casi imposibles de superar; muchas personas creen que estamos en la antesala de una nueva era en la cual los hombres de todos los países reconocerán la verdad simple de que la sociedad humana es una e indivisible; y que por lo tanto el sufrimiento de uno implica el sufrimiento de los demás.
Discutiendo cómo se podría establecer una sociedad basada en el universalismo P.R. Sarkar explicaba; “Una sociedad armónica puede lograrse movilizando el espíritu vivo de todos aquellos que desean establecer una sociedad más humana… todos aquellos que están en la línea frontal de batalla de este movimiento moral serán los líderes de la integridad moral, los líderes cuyos objetivos y metas no sean la fama, la riqueza, ni el poder, sino los intereses de toda la sociedad humana.
“De la misma manera que el advenimiento del sol que nace es inevitable al final de la oscuridad de una noche sin luna, de esa misma manera sé e intuyo que vendrá un capítulo brillante y glorioso después de la humillación y el reproche de todos los que hoy siguen olvidados en nuestra sociedad. Aquellos que aman la humanidad, aquellos que desean el bienestar de todas las personas vigorosamente activarán este momento para hacer llegar esta hora lo más pronto posible. Podemos damos él lujo de ignorar nuestros derechos, pero no debemos olvidar nuestra responsabilidad. Pues olvidando nuestra responsabilidad implica la humillación de la raza humana. Shri Shri Anandamurti.