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Vegetarianismo, Ahimsa

El principio de no herir a los seres vivos

Todas las prácticas antes mencionadas (salud, economía, etc.) no son las únicas razones para no comer carne. Una de las razones más importantes es que debemos respetar la vida, aún la vida animal, y no tomarla innecesariamente. Muchos grupos religiosos y espirituales han defendido el vegetarianismo por lo sagrado que es la vida y por la necesidad de vivir sin causar sufrimiento.

De acuerdo con este punto de vista, un verdadero hombre ve a los animales no como esclavos, ni como comida, sino como hermanos y hermanas menores. Siente que no tenemos ningún derecho para causarles a ellos la agonía y brutalidad con que son tomadas sus vidas al menos que nuestra sobrevivencia dependiera absolutamente de ellos.

¿Pero cómo es posible para nosotros vivir más sanamente sin jamás comer carne? Es apropiado el preguntamos si el comer carne es un hábito moral de los humanos. Los animales claramente no nos dan sus vidas deseándolo sólo para damos el lujo de tomar su carne.

Cualquiera que haya visitado un matadero de animales puede dar testimonio del hecho que los animales sufren grandemente antes y durante su ejecución. En los Estados Unidos solamente alrededor de 9 millones de criaturas son sacrificadas diariamente supuestamente para satisfacer nuestras necesidades alimenticias.

Todos aquellos que llorarían si su gato o su perro fuesen muertos no dicen nada ni se manifiestan contra la innecesaria muerte diaria de millones de animales. “En cuanto sea posible la comida debe ser seleccionada de aquellas cosas donde el desarrollo de la conciencia es relativamente pequeño; esto es, si un vegetal está disponible, los animales no deben ser sacrificados.

Segundo, antes de matar un animal que haya o no desarrollado la conciencia, se debe considerar una y otra vez si es posible de vivir sanamente sin tomar esa vida”. Muchos de nuestros grandes santos han tenido esta visión.

Durante los primeros días del cristianismo, por ejemplo, un gran número de cristianos y judíos se opusieron al consumo de carne como un lujo costoso y cruel. A través de la historia la gente sabia y los libros espirituales han aconsejado que no podremos evolucionar hacia estados mayores de conciencia ni podemos crear una sociedad humana basada en el amor, hasta que no dejemos el hábito brutal de comer carne.

“Es mi visión personal que esta manera de vivir vegetariana, por su efecto en el temperamento humano, beneficiaría mucho para toda la humanidad”. Albert Einstein.

“Los animales son mis amigos y yo no me como a mis amigos”. “Este sí que es un drama! Al comer carne no solamente se produce el sufrimiento y la muerte de los animales, sino que el hombre suprime innecesariamente la capacidad más alta espiritual como lo es la simpatía y piedad que debe tener hacia las criaturas vivas, como a sí mismo. Al violar sus propios sentimientos, se vuelve cruel”. George Bernard Shaw.

“Verdaderamente el hombre es el rey de las bestias porque su brutalidad lo excede. Vivimos por la muerte de otros. ¡Somos tumbas! Desde pequeño he abjurado el uso de la carne y el tiempo llegará en que los hombres verán la muerte de los animales como se ve hoy en día la muerte de los hombres”. Leonardo Da Vinci

“Mientras somos nosotros las tumbas vivas de animales muertos, asesinados, ¿cómo podemos esperar condiciones ideales en la tierra?”. Leo Tolstoy

“La paz mundial, o cualquier clase de paz depende grandemente de la actitud de la mente. El vegetarianismo puede traer a cabo esta actitud mental para la paz… él encierra una mejor forma de vida que, si fuese practicada universalmente, podría llevar a una comunidad de naciones mucho más justa y mucho más pacífica”. “U Un”. Ex-primer Ministro de Burma.

¿Cuál es el principio vital de la vida?

“El principio vital” dice que ciertos alimentos contienen más fuerza viva (prana) que otros. La importancia de la vitalidad en los alimentos era apreciada 2500 años atrás por Pitágoras quien dijo, “Solamente comida viva, fresca puede permitirle al hombre aprender la verdad”.

El novelista Ruso Tolstoy dijo. “Alimentarse sobre el cadáver de un animal muerto tiene un sabor desagradable”.

 Nosotros sabemos que la vida se sostiene de la energía del sol y que esta energía se encuentra dentro de las plantas verdes, las frutas, las nueces, los granos y los vegetales, cuando comemos de estos alimentos consumimos la energía solar directamente.

En otras palabras, nos alimentamos con comida “viva” que tiene energía vital. Muchas plantas retienen esta energía viva por muchos días después de que ha sido segada; es un hecho que pueden mantenerse vivas y capaces de germinar de nuevo. La carne, por el contrario, entra en un proceso inmediato de descomposición que dura sólo un par de días.

Durante miles de años los yoguis y los sabios han enseñado que tanto el cuerpo y la mente son profundamente influenciados por aquello que comen, ‘Tú eres lo que comes” es un dicho que aplica tanto a la mente como al cuerpo.

De acuerdo con un yogui “El cuerpo humano está constituido por innumerables células vivas. La naturaleza de las células vivas se formará en concordancia con el tipo de comida que se ingiera. En alguna medida la comida que ingieras afectará tu mente en alguna forma. Si las células del cuerpo humano crecen en comida descompuesta, como es la carne de los animales en quienes permanece y predomina la tendencia de malar, es natural entonces que la mente de alguna forma se incline hacia esta maldad.

En la actualidad la palabra vegetariano no viene del vegetal sino más bien de la palabra latina “vegetaría”, que quiere decir “llenarse de vida”. Cuando los Romanos usaban el término “homo vegetus”, se referían a la persona dinámica. vigorosa y saludable; y pensar que desafortunadamente la gente cree que un vegetariano es aquel que sólo come vegetales.

Algunos famosos vegetarianos

Albert Einstein. Platón. Leo Tolstoy. Bob Dylan, Lovisa MayAlcott. Susan St. James. Henry David Thoreau, Ralph Wald Emerson. Benjamín Franklin. Richard Wagner. Sócrates. Alexander Pope. Ovid, Sir Isaac Newton. H.G. Wells, Pythagoras. Candice Bergen, Mahatma Gandhi. Rabindranath Tagore, Horace Greeley. Leonardo Da Vinci. Clement of Alexandria, Buda, Dick Gregory, John Wesley. Voltaire, Jean Jacques Rousseau, John Millón, Charles Darwin, General William Booth, Plutarch, Paul Newman, Séneca. Albert Schweitzer. Percy Bysshe Shelley, Dr. J.H. Kellogg, St. Francis. Clint Walker, Upton Sinclair, James Cobum, George Bernard Shaw, Dalai Lama.

¿Todavía me gusta el sabor de la carne, qué debo hacer?

Un principio yoga muy antiguo sugiere que la mejor manera de cambiar un hábito muy profundo es no halándolo de las raíces (una tarea casi imposible), sino por el contrario, para plantar se debe cultivar un hábito opuesto al anterior y darle al nuevo hábito mucho cariño amor y atención (como cultivando una rosa mental).

Muy pronto este nuevo hábito crecerá fuerte y verde, y sin mucho esfuerzo, el antiguo hábito, que es la maleza, el de comer carne, sencillamente se eliminará. Aquí algunas sugerencias de cómo cultivar tu nueva “rosa mental”:

  1. Cómprate dos o tres libros vegetarianos y mantenlos cerca de manera que puedas cocinar rápidamente. Esta es una forma de ahorrar, puesto que cada comida vegetariana puede ser muy imaginativa, deliciosa, y muy alta en proteínas, te va a costar 50% menos que las anteriores.
  2. Aprende uno o dos platos vegetarianos fáciles de preparar y sustitúyelos o úsalos como sustituto de la carne.

Las dudas de cambiar de una dieta carnívora a una de comida viva, fresca, y nutritiva es mucho más fácil de lo que uno cree. Hay literalmente miles de platos deliciosos y nutritivos que muchas veces ni nosotros mismos los que somos vegetarianos hemos tenido la oportunidad de probar.

Mucha gente se asombra al descubrir platos de mucha proteína que son hechos de ingredientes poco conocidos como el milo, la cebada salvaje, el garbanzo, la lenteja, el arroz integral, el tofú, sólo para mencionar los más conocidos. Recuerda, el aprender a cocinar en forma vegetariana es probablemente mucho más fácil de lo que te imaginas.

Muchos principiantes aprenden a cocinar con agrado. Una vez que se encuentran los principios básicos de la preparación de la comida vegetariana, uno puede fácilmente aplicar estos a un sin números de granos, legumbres, vegetales y nueces.

Cuando sientas que fallan tus esfuerzos para convertirte al vegetarianismo, saca una tarde y vete a cualquier matadero y eso te aseguro será suficiente motivación para no comer carne.

Se puede esperar alguna dificultad en hacer la transición al principio, pero nunca será más difícil que dejar de fumar, por ejemplo. Muchos encuentran que las recompensas inmediatas son:

  • El tener un nivel de energía más alto
  • El tener un sistema digestivo más limpio
  • El tener mayor claridad mental
  • El tener mejor olor corporal

Es tan gratificante, que el proceso se hace mucho más fácil y agradable. La salud radiante que llega no es sólo física, sino que también se experimenta la alegría de poner ideales humanitarios en acción y la felicidad que viene acoplada a hacer un servicio de amor a todas las criaturas humanas y no humanas de este planeta.

El comer de forma vegetariana, que es la forma natural de comer para la humanidad, hace el menor daño posible a las criaturas vivas de este planeta y nos ayuda a ser más y más conscientes de la unidad de la vida y la realización de una conciencia única e infinita que está subyacente a todo.

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