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La Meditación, La Mente Subconsciente

Habéis calmado vuestros sentidos e ido más allá de la mente consciente, dentro del subconsciente; ahora, ¿qué está sucediendo dentro de vuestra mente? Todo: visiones, imágenes, memorias, planes, ansiedades, etcétera, inundan vuestra mente en un verdadero torrente. Recordáis todo lo que hicisteis durante el día y planeáis todo lo que haréis mañana. Lamentáis haber discutido con vuestro amigo y haber perdido la paciencia con vuestra madre. Os preocupáis por los niños.

Imagináis el automóvil nuevo que desearíais tener. Planeáis ir a comer tan pronto como terminéis de meditar y os imagináis comiendo. Escribís una carta en vuestra mente. Hacéis una lista de compras para mañana. Analizáis vuestro carácter y apreciáis vuestras propias virtudes y también analizáis a la gente que conocéis y criticáis sus faltas.

Entonces comenzáis a preguntaros: “Con tanto pensamiento, ¿cómo es posible que sea buena la meditación? ¡Creía que iba a tener paz mental, pero vienen a mi mente más pensamientos que antes!”. Vuestra mente se agita y las ideas fluyen, al igual que las palomitas de maíz saltan de la olla cuando las estamos preparando y quitamos la tapa. La actividad interna de la mente subconsciente, generalmente es reprimida por la intensa actividad de la mente consciente, que es dirigida extrovertidamente hacia el mundo externo.

Sólo personas como los artistas, poetas y soñadores están acostumbrados a dar rienda suelta a sus mentes subconscientes. Así, cuando se libera repentinamente de la represión consciente, como en el sueño, la mente subconsciente estalla en actividad, y allí estáis vosotros, sentados con la cabeza agitada por imágenes y pensamientos. Esta es la razón por la que muchas personas encuentran difícil realizar ciertos tipos de meditación en los que sólo se trata de vaciar la mente o de no pensar en nada. Es casi imposible no pensar en nada.

La mente debe tener siempre algún objeto de ideación. Incluso si pensáis que no estáis pensando en nada, estáis realmente pensando: “¡Ajá!, ¡finalmente no estoy pensando en nada!”.

Haced un experimento: cierra los ojos 30 segundos y piensa en algo que te guste, excepto en una vaca roja. No puedes hacerlo, ¿verdad? Esa gran vaca roja vuelve a vuestra mente, aunque trates de deshacerte de ella. Y si tratas de decir a la mente que no piense en nada, vengativamente ésta estalla en una avalancha de pensamientos y sentimientos. Debe haber un camino mejor… y lo hay. Ha sido ensayado por miles de años, el proceso más simple y práctico para pasar a través de los disturbios de la mente subconsciente y penetrar en el bienaventurado estado superconsciente. Este es el llamado “mantra”, “el que libera la mente”. En el punto siguiente se encuentra una historia que nos da un ejemplo perfecto sobre el mantra.

 
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