Pregunta Visitante.: ¿Habría un plan práctico de acción para ofrecer cada acción al Absoluto, es decir, mantener el recuerdo del Ser universal, lo mismo que un marido mantiene el recuerdo de su esposa?
Shantanand.: NOS beneficiaríamos enormemente haciendo lo que se entiende por ofrecer todas las acciones al Ser universal. Es lo mismo que un hijo que entrega todo lo que gana a su padre; éste decide entonces cuáles son las necesidades de su hijo y las satisface con alegría.
Lo mismo ocurre con el Ser universal. He aquí un ejemplo de la vida real:
Había un niño que perdió a sus padres. Era muy pobre y quería ingresar en la escuela para estudiar. Para ello necesitaba dinero, así como para pagar los libros, pero no lo tenía. Todo esto le producía una enorme preocupación.
Por suerte, encontró a un mahatma y le expresó sus dificultades. Éste le dio un consejo. Dijo que escribiese una carta al Absoluto. «Escribe la carta de la siguiente forma: “Oh, Padre mío, Absoluto, te ruego que me ayudes; soy muy pobre, mis padres están muertos, no tengo dinero para pagar la escuela, comprar libros ni continuar mis estudios”.»
«¿Y cómo la enviaré?», preguntó.
«Dirígela al Absoluto», le respondió el mahatma.
El niño hizo lo que se le aconsejó, escribió la carta y la dirigió simplemente al Absoluto. Después la puso en un buzón. El buzón fue recogido y la carta tomada por el cartero, que dijo: «¿Dónde está el lugar donde vive el Absoluto?» Entonces se la presentó al jefe de correos, quien pidió que se llevara al niño ante él.
El niño fue llevado ante el jefe de correos, que lo adoptó y se hizo cargo de todos sus gastos. El niño estudió en la universidad y posteriormente se hizo juez. Fue este juez quien me contó la historia.
Del mismo modo, si ofrecemos y dedicamos todas nuestras acciones al Absoluto, Éste satisfacerá todas nuestras necesidades y las necesidades de las personas relacionadas con nosotros.
Ofrecer todas nuestras acciones al Absoluto no quiere decir que después de ganar algún dinero lo demos todo como ofrenda al Absoluto. Significa simplemente que mentalmente ofrezcamos lo que ganamos al Absoluto.
El dinero es nuestro y si lo utilizamos tras ofrecerlo al Absoluto se convertirá en algo parecido a un don procedente del Absoluto. Debemos adoptar la siguiente actitud: tras aprender que debemos tratarlo como perteneciente al Absoluto, utilizarlo como un regalo Suyo, y no como algo nuestro.
Tomemos como ejemplo la familia solidaria de la India. La costumbre de las familias solidarias era universal en la Antigüedad, pero hoy día esta tradición se está rompiendo. La idea consistía en que cada miembro de la familia entregaba todo lo que había ganado y lo que tenía a la familia, y el jefe de familia proveía las necesidades de cada cual. En el caso en que alguien no ganase dinero y no pudiese depositar nada en la familia, nadie se preocupaba, pero dicha persona recibía lo que necesitaba.
Lo mismo puede decirse sobre el hecho de ofrecer todas nuestras acciones al Absoluto. Si Le dedicamos nuestras acciones, el Absoluto se encarga de todas nuestras necesidades materiales.
