Una función de los mantras es solemnizar y ratificar los rituales. Cada mantra, en rituales védicos, se combina con un acto. Hay una conexión y fundamento entre un mantra védico y cada acto ritual védico que lo acompaña. En estos casos, la función de los mantras debía ser un instrumento de eficacia ritual para el sacerdote, y una herramienta de instrucción -durante un ritual- para los demás.
Con el tiempo, a medida que se componían los Puranas y las Epopeyas, los conceptos de adoración, virtud y espiritualidad evolucionaron en el hinduismo. Religiones como el jainismo y el budismo se ramificaron, y se fundaron nuevas escuelas, cada una desarrollando y refinando sus propios mantras. Las tradiciones y las prácticas dentro de nuestra escuela “Vedanta Advaita” se han mantenido intactas desde hace más de 2500 años.
En el hinduismo, la función de los mantras cambió del cielo a la tierra. En otras palabras, en tiempos védicos, los mantras fueron recitados con un objetivo práctico en la vida cotidiana, por ejemplo, para solicitar la ayuda de una deidad en el descubrimiento de ganado perdido, la cura de una enfermedad, el éxito en el deporte competitivo o el viaje lejos de casa. La traducción literal de los mantras védicos sugiere que la función del mantra, en estos casos, era hacer frente a las incertidumbres y dilemas de la vida cotidiana.
En un período posterior de hinduismo, los mantras fueron recitados con un objetivo redentor trascendental como intención, por ejemplo, escapar del ciclo de la vida y el renacimiento, el perdón por el mal karma y experimentar una conexión espiritual con Dios. La función de los mantras, en estos casos, era hacer frente a la condición humana en su conjunto.
Los mantras hindúes se pueden hablar en voz alta, anirukta (no enunciado), upamsu (inaudible), o manasa (no hablado, pero recitado en la mente). En el uso ritual, los mantras son a menudo instrumentos silenciosos de meditación.
