Este contenido es un extracto del evangelio de Sri Ramakrishna:
Ramakrishna.: “Todo lo que ves es la manifestación del poder de Dios. Nadie puede hacer nada sin este poder. Pero debes recordar que no hay una igual manifestación del poder de Dios en todas las cosas. Vidyasagar una vez me preguntó si Dios dotó a algunos con mayor poder que otros. Le dije: Si no hay manifestaciones mayores y menores de su poder, ¿por qué nos tomamos la molestia de visitarte? ¿Te han crecido dos cuernos? Así que, es lógico pensar que Dios existe en todos los seres como el Poder omnipresente; pero las manifestaciones de su poder son diferentes en diferentes seres”.
Interlocutor.: Señor, tengo una duda. La gente habla de libre albedrío. Dicen que un hombre puede hacer el bien o el mal según su libre albedrío. ¿Es verdad? ¿Somos realmente libres de hacer lo que queramos?
Sri Ramakrishna.: “Todo depende de la voluntad de Dios. El mundo es su obra. Él ha creado todas estas cosas diferentes: grandes y pequeñas, fuertes y débiles, buenas y malas, virtuosas y viciosas. Todo esto es su maya, su juego. Debes haber observado que todos los árboles en un jardín no son del mismo tipo”.
“Mientras un hombre no ha realizado a Dios, él piensa que es libre. Es Dios mismo quien mantiene el error (la falsa noción del libre albedrio) en el hombre. De lo contrario, el pecado se habría multiplicado. El hombre no habría tenido miedo al pecado y no hubiera habido castigo por ello”.
“¿Pero conoces la actitud de alguien que ha realizado a Dios? Tal persona siente: yo soy la máquina y Tú, oh Señor, eres el operador. Yo soy la casa y tú eres el morador interno. Yo soy el carro y tú eres el conductor. Me muevo como tú me mueves. Yo hablo como tú me haces hablar.”
Interlocutor.: No es bueno discutir. ¿No es así?
Sri Ramakrishna.: “Sí, señor. Sin embargo, el deseo de discutir o debatir (que es muy poderoso en el estado de aGnana [ignorancia]) desaparece cuando un hombre alcanza la sabiduría“.
El Maestro Ramakrishna, de su stock que contenía una docena de palabras en inglés, dijo: “¡Gracias!”, de la manera más encantadora que podamos imaginar, y todos los que estaban presentes se rieron.