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La aparente manifestación del Absoluto Brahman – 3ra Parte – El tiempo, el espacio y la causalidad.

Advaita significa no dualidad; no hay dos, sino uno. Sin embargo, vemos que aquí hay una proposición de que el Absoluto se manifiesta como muchos, a través del velo del tiempo, el espacio y la causalidad. Por lo tanto, parece que aquí hay dos, el Absoluto y Maya (la suma total de tiempo, espacio y causalidad). Aparentemente, parece muy convincente que haya dos. A esto, la filosofía Vedanta Advaita responde que no se pueden llamar dos. Para tener dos, debemos tener dos existencias independientes absolutas que no puedan ser causadas.

En primer lugar, no se puede decir que el tiempo, el espacio y la causalidad sean existencias independientes. El tiempo es una existencia enteramente dependiente; cambia con cada cambio de nuestra mente. A veces, en el sueño, uno se imagina que ha vivido varios años, otras veces, pasaron varios meses como un segundo. Entonces, el tiempo depende completamente de nuestro estado mental.

En segundo lugar, la idea del tiempo se desvanece por completo en algunas ocasiones. Asi como ocurre con el tiempo, también sucede con el espacio. No podemos saber qué es el espacio. Sin embargo, está ahí, indefinible y no puede existir separado de cualquier otra cosa. Lo mismo ocurre con la causalidad.

El único atributo peculiar que encontramos en el tiempo, el espacio y la causalidad es que no pueden existir separados de otras cosas. Trate de pensar en el espacio sin color, sin límites o sin conexión con las cosas que lo rodean, solo espacio abstracto. No puede, hay que pensar en él como el espacio entre dos límites o entre tres objetos o más. Tiene que estar conectado con algún objeto para tener alguna existencia.

Así ocurre también con el tiempo; no se puede tener ninguna idea abstracta del tiempo, sino que hay que tomar dos eventos, uno precedente y otro sucesivo, y unir los dos eventos por la idea de sucesión. El tiempo depende de dos eventos, al igual que el espacio tiene que estar relacionado con los objetos externos.

Y la idea de causalidad es inseparable del tiempo y el espacio. Esto es lo peculiar de ellos: no tienen existencia independiente. Ni siquiera tienen la existencia que tiene la silla o la pared. El tiempo, el espacio y la causación son como sombras alrededor de todo, sombras que no podemos atrapar. No tienen existencia real, sin embargo, no son inexistentes, ya que a través de ellos todas las cosas se manifiestan como es el caso del universo.

Así vemos, primero, que la combinación del tiempo, espacio y causalidad no tiene ni existencia ni no existencia. En segundo lugar, el tiempo, el espacio y la causación a veces desaparecen. Para dar una ilustración, hablemos de una ola en el océano. Ciertamente, la ola es la misma que el océano y, sin embargo, sabemos que es una ola y, como tal, diferente del océano. ¿Qué hace esta diferencia? El nombre y la forma, es decir, la idea en la mente y la forma. Ahora bien, ¿podemos pensar en “la forma de la ola” como algo separado del océano? Ciertamente no. Siempre está asociada con la idea del océano. Si la ola cesa, la forma se desvanece en un momento y, sin embargo, la forma no era una ilusión. Mientras existía la ola, la forma estaba allí, y estábamos obligados a ver la forma. Esto es Maya.

La totalidad de este universo, por lo tanto, es, por así decirlo, una forma peculiar; el Absoluto es ese océano, mientras que usted y yo, y los soles y las estrellas, y todo lo demás, somos varias olas de ese océano. ¿Y qué hace que las olas sean diferentes? Sólo la forma, y ​​esa forma es tiempo, espacio y causalidad, todos ellos totalmente dependientes de la ola. Tan pronto como la ola se va, se desvanecen. Tan pronto como el individuo abandona este Maya, se desvanece para él y se vuelve libre. Toda la lucha es deshacernos de este apego al tiempo, al espacio y a la causalidad, que siempre son obstáculos en nuestro camino.

La mente encubre la realidad, sin saberlo. Para conocer la naturaleza de la mente, usted necesita inteligencia, la capacidad de mirar a la mente con una conciencia silenciosa y desapasionada. El Mantra Yoga Meditación purifica el intelecto, llevandonos de lo falso a lo verdadero. No pierdas más tiempo y conocete a tí mismo, contacta el Instructor más cercano.

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